Por Maripaula Valdés Bérriz

Durante mis visitas a la Selva Lacandona he podido observar frecuentemente a las guacamayas rojas (Ara macao) volando sobre el Río Lacantún, pero nunca las había observado en mis recorridos dentro de la selva. En mi última visita, cuando caminaba entre mis sitios de estudio, las encontré cerca de un claro. Primero escuché sus llamadas y después las pude ver posadas en un árbol muy alto. Rápidamente corrí a un sitio donde pudiera fotografiarlas. Era una pareja que volaba entre las ramas de un árbol, siempre juntas, en pareja, que es como se observan comúnmente las guacamayas rojas.

Una pareja de Guacamayas rojas (Ara macao) vuela junta entre las ramas de un árbol en la Selva Lacandona. Por lo observado en otras fotos de esta secuencia es posible que tuvieran un nido en este árbol o estuvieran buscando uno adecuado. (Foto por Maripaula Valdés Bérriz)

Una pareja de Guacamayas rojas (Ara macao) vuela entre las ramas de un árbol en la Selva Lacandona. Por lo observado en otras fotos de esta secuencia es posible que tuvieran un nido en este árbol o estuvieran buscando uno adecuado. (Foto por Maripaula Valdés Bérriz)

Estas aves escogen a su pareja con la que mantienen una relación monógama que generalmente dura toda la vida. Después de haber encontrado a su pareja, las guacamayas raramente andan solas, excepto cuando encuban sus huevos y uno de los adultos tiene que permanecer en el nido. Las crías pueden tomar hasta dos años en independizarse y los padres no vuelven a poner huevos hasta que esto ha ocurrido. Por esto tienen crías cada uno o dos años. Investigadores han calculado que menos del 20% de la población se reproduce cada año. Incluso cuando las crías ya se han independizado, éstas guacamayas no alcanzan la madurez sexual hasta los tres o cuatro años. Cuando ya son maduros sexualmente, encuentran una pareja y buscan un nido que puede ser un hueco en un tronco que otras especies de aves hayan hecho o formado naturalmente. Las guacamayas rojas prefieren nidos a grandes alturas hasta 25 metros sobre el nivel del suelo. Tienen que defenderlo ya que una variedad de especies de la selva tienen sus mismas preferencias y les gustaría mudarse a estos huecos. Además, tienen que estar atentos a depredadores como monos, serpientes y otros mamíferos que puedan alcanzar sus nidos en busca de huevos, polluelos o incluso los adultos. Todas estas características de su reproducción dificultan la recuperación de las poblaciones silvestres de las guacamayas rojas y las hace vulnerables a otras amenazas que se suman por las actividades humanas (Programa de Acción para la Recuperación de Especie, CONANP, 2009).

La especie Ara macao se encuentra en bosques tropicales húmedos desde el sureste de México hasta Bolivia. Dada su amplia distribución es considerada como una especie de preocupación menor por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). Por otro lado, es una especie muy apreciada para su comercio por lo que está prohibido por CITES (Convenio sobre el Comercio de Especies Amenazadas de la Fauna y Flora Silvestre) ya que una de las mayores amenazas a la especie es el . Una de las mayores amenazas para la especie es la trata para tenerla como mascotas o para exhibición, y por el valor estético de sus plumas. Aunque actualmente el comercio ha disminuido y la mayor parte de los animales que se venden vienen de la crianza en cautiverio, el tráfico ilegal continua. La especie enfrenta otros dificultades para su conservación en vida silvestre, principalmente la deforestación y otras perturbaciones a su hábitat. Por ejemplo, en México la distribución histórica de la especie era desde el sur de Tamaulipas, Veracruz, Oaxaca, Tabasco, Campeche y Chiapas. Ha disminuido tanto, que actualmente solo existen poblaciones en la Selva Lacandona en Chiapas, y posiblemente otra en la selva de los Chimalapas en Oaxaca. A lo largo de su distribución existen programas de manejo y para reintroducir a la especie y lograr recuperar sus poblaciones en vida silvestre. Solo así podríamos continuar viéndolas mientras vuelan en pareja coloreando la selva.

Guacamayas rojas jóvenes que son parte de un programa de recuperación de la Estación Chajul en la Selva Lacandona, Chiapas. (Foto por Maripaula Valdés Bérriz)

Guacamayas rojas jóvenes que son parte de un programa de recuperación en la Estación Chajul en la Selva Lacandona, Chiapas. (Foto por Maripaula Valdés Bérriz)

Lectura adicional

Programa de Acción para la Recuperación de la Especie, CONANP

http://www.conanp.gob.mx/pdf_especies/Pace_Guacamaya_Roja.pdf