Investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias y de la Universidad de la Laguna, en España, explican, en un artículo que ha sido publicado en la revista “Nature”, cómo la presencia de campos magnéticos intensos puede hacer que la enana blanca parezca más fría, de modo que su temperatura no se relacione con su edad de la manera que se pensaba hasta ahora.

Una enana blanca es un remanente estelar, la fase final a la que llegan la mayor parte de las estrellas una vez han agotado su combustible nuclear. De hecho, más del 90% de las estrellas que conocemos, incluido el Sol, atravesarán esta etapa hacia el final de sus vidas. Las enanas blancas son estrellas muy densas y calientes al formarse, que van enfriándose lentamente hasta que su temperatura se iguala a la de su entorno. Se espera que el campo magnético que poseen vaya decayendo con el tiempo y, sin embargo, las observaciones muestran que las enanas blancas aisladas y frías – y, por tanto, las que se supone son más viejas– muestran con mayor frecuencia campos más intensos, hecho que ha mantenido intrigados a los astrónomos hasta ahora. Se sabe, además, que algunas enanas blancas con campos magnéticos intensos varían de brillo al rotar, lo que se ha intentado explicar suponiendo distintos mecanismos físicos, entre ellos la existencia de manchas, similares a las manchas solares, en la superficie de este tipo de estrellas.

Tras casi ocho años de observaciones y análisis respectivos, este equipo de astrofísicos encontró que las zonas más frías –oscuras– se correspondían con aquellas en las que el campo magnético era más intenso. Esto indica que probablemente en la enana blanca esté actuando un proceso similar al que produce las manchas solares, es decir, que el fuerte campo magnético esté inhibiendo la convección, mecanismo por el que el calor es transportado por el propio fluido en su movimiento. Los principales resultados de este trabajo contribuyen a la comprensión de  la evolución de la Vía Láctea y, en última instancia, del Universo mismo.

Fuente: Instituto de Astrofísica de Canarias

Boletín original:  http://www.iac.es/divulgacion.php?op1=16&id=892