Texto por Roberto Emiliano Trejo Salazar

Conocer sobre la biología de las especies que nos rodean puede ser muy útil por diversas razones. Una de ellas es poder tomar las decisiones adecuadas para protegerlas. Un aspecto fundamental es describir detalles de cómo varia el tamaño de sus poblaciones, cuántas hembras y machos hay y de que edades son, así como la manera en que interactúan con otras especies y con su medio ambiente. Un grupo que nos puede brindar mucha información beneficiosa por su gran variedad de hábitos alimenticios, relaciones con otras especies y comportamientos, son los quirópteros o murciélagos.

En México una especie que recientemente ha recibido atención, e inclusive su estado de conservación ha sido revalorado es Leptonycteris yerbabuenae, también conocido como murciélago magueyes menor (para leer sobre este cambio, ver El murciélago magueyero menor ). Esta especie consume néctar, polen y en ocasiones, frutos de diferentes plantas en las familias de los magueyes, cactos y las Bombacaceae (por ejemplo la madera de balsa), juega así el papel de polinizadora y dispersora de semillas en distintos ecosistemas (ver Una historia muy volada).

El murciélago magueyero menor también es un ejemplo de un fenómeno migratorio conocido como filopatría, que consiste en regresar a su lugar de nacimiento en alguna época del año. En esta especie, se ha observado que sólo un grupo de hembras son filopátricas porque vuelan miles de kilómetros del centro de México hacia el norte del país y sur de Estados Unidos, que es su lugar de nacimiento (Fig. 1). La larga migración sólo ocurre después de que se aparean, entre noviembre y diciembre, y cuando tienen cerca de seis meses de gestación. Esto quiere decir que durante mayo y junio están listas para alumbrar a una cría, y es cuando ocupan cuevas en Sonora, Arizona y Nuevo México. Ahí forman colonias de maternidad que pueden albergar hasta 300 mil individuos. Las hembras que no hacen esta larga migración, y que permanecen en diferentes áreas del centro y sur del país, se aparean durante los meses de mayo y junio, y dan a luz en el invierno en cuevas en los estados de Puebla, Oaxaca, Guerrero y Chiapas. Los machos son clave en esta historia natural, ya que ellos nunca migran, y se aparean con ambos grupos de hembras. Es decir, en noviembre y diciembre se aparean con las hembras que migran al norte, y en mayo y junio con las que permanecen en el centro y sur de México. Al parecer, los machos de los murciélagos magueyeros menores se aparean dos veces al año, mientras que las hembras sólo dan a luz una vez al año. Además, son éstas las que se dividen en dos grupos, migratorias y no migratorias. Es por esto que la historia natural de este mamífero es muy compleja, ya que existen dos eventos reproductivos que separan temporalmente a los dos grupos de la especie.

Figura 1. Ruta migratoria de las hembras de murciélago magueyero menor (Leptonycteris yerbabuenae) en diferentes estaciones del año.

Figura 1. Ruta migratoria de las hembras de murciélago magueyero menor (Leptonycteris yerbabuenae) en diferentes estaciones del año.

En mi proyecto de doctorado pretendo identificar si los individuos que permanecen en el centro y sur de México pertenecen a la misma población que los individuos que dan a luz en el norte del país y en la costa del Pacífico. Con la ayuda de marcadores genéticos voy a estudiar las relaciones de parentesco que existen entre los individuos a lo largo de la distribución de la especie. Los marcadores genéticos son segmentos de ADN que podemos comparar entre distintos individuos. Uno de los análisis que utilizaré para determinar qué grado de contacto mantienen los grupos y determinar si se trata de una misma población, es el flujo genético. Este tipo de análisis nos da información sobre cuánto intercambio genético hay entre los diferentes grupos, debido a los apareamientos entre machos y hembras de diferentes poblaciones. Es decir, si hay más intercambio, es más probable que los grupos pertenezcan a la misma población. Además de conocer la relación entre estos dos grupos, podremos contribuir a entender otros aspectos de la historia natural de esta especie, como por ejemplo, cuáles son sus rutas migratorias y qué relación ecológica mantienen con las plantas que visitan durante ésta.

Murciélago magueyero menor (Leptonycteris yerbabuenae) capturado en . Foto por .

Murciélago magueyero menor (Leptonycteris yerbabuenae) capturado en . Foto por .

El murciélago magueyero menor es considerado económicamente importante por el servicio ecológico que ofrece al participar de manera protagónica como polinizandor de las especies que se usan para producir tequila, mezcales y pulques del género Agave. Según la Cámara Nacional de la Industria Tequilera en México (ver Estadísticas), hasta el mes de Julio de 2014, se produjeron 151.2 millones de litros de tequila y se generaron 29,360 empleos en el campo y la industria de este producto. La polinización contribuye a mantener la salud genética de la especie, es decir contribuye a que las plantas se defiendan mejor de enfermedades. Igualmente, es importante tomar en cuenta la singular interación entre los individuos migrantes y los no migrantes, y las relaciones genéticas que resulta de ésta, como un criterio más en planes de conservación del murciélago magueyero menor. De esta manera, esta información se podrá considerar para designar las zonas prioritarias para su supervivencia, reproducción y rutas migratorias. Así podremos continuar bebiendo los beneficios que su trabajo de polinizador nos ofrece.