Por Roberto Trejo
En mayo de este año, durante última visita que hicimos varios miembros del laboratorio a la Reserva de la Biósfera El Pinacate y el Gran Desierto de Altar en el desierto Sonorense, algo que llamó mucho mi atención fue un pequeño reptil que vi cuando caminábamos en las dunas, una lagartija con una cola anillada. En las localidades aledañas, las personas la nombran perrita por la manera que mueve su cola, y en Estados Unidos la conocen como zebra-tailed lizard («lagartija cola de zebra»). Esta lagartija habita en otros estados de la República Mexicana que también tienen climas extremosos como Sinaloa, Baja California y Baja California Sur. Este reptil, Callisaurus draconoides, es muy interesante por su adaptación a los climas en los que vive. Las más evidentes son sus piernas largas y su cuerpo delgado, por lo que puede correr rápidamente sobre la arena, sobre todo cuando escapa al sentir peligro. Otra de ellas es que el color de sus escamas va de terroso-brillante a gris-café que asemeja al color de la arena, también están completamente cubiertas de manchas con numerosos pero diminutos puntos crema a amarillo. Durante la temporada de reproducción, los machos pueden desarrollar un tinte verdoso en las regiones laterales del cuerpo y un amarillo o rosa no muy intenso en la región de la garganta que es brillante.
La perrita se considera una lagartija oportunista porque se alimenta principalmente de insectos que caza al perseguirlos. A ella se la comen varios depredadores mas grandes como serpientes, lagartijas, correcaminos y otros vertebrados. Las hembras cuando cuidan a sus crías durante sus primeras etapas de crecimiento tienen un comportamiento poco común en reptiles; para alimentarse se sienta y espera a que se acerquen los insectos. Además, puede variar su dieta y consumir arañas.
Pero, lo que más me llamó la atención de la perrita, es que es una lagartija muy territorial, lo cual manifiesta con en el movimiento de su cola, similar a lo que hace un perro cuando está contento, de un lado a otro. Cuando esta lagartija es acechada por un depredador, comienza a menear la cola para alertar a los miembros de su especie de la peligrosa presencia, pero también se piensa que la despliega de esa manera para distraer a los depredadores y así ganar tiempo para escapar. Las perritas alcanzan una velocidad de hasta 7.2 metros por segundo al correr. Esta velocidad se ha medido observando lagartijas al aire libre, es decir sin la protección de alguna planta o dentro de alguna cavidad rocosa.
Actualmente en México, esta especie se encuentra bajo la categoría de amenazada en la NOM-059-SEMARNAT-2010. El factor de riesgo principal es la degradación del hábitat porque son transformados para la agricultura y por la contaminación de fuentes de agua. Debemos ser más cuidadosos en la conservación de su hábitat por su gran papel ecológico, ya que estas lagartijas ayudan al control de plagas de insectos. También debemos protegerlas para que podamos seguir apreciando y aprendiendo de este tipo de animales.
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