• Los relámpagos fueron fundamentales para la producción de fósforo biodisponible y, por lo tanto, para el origen de la vida.

• La schreibersita es un mineral rico en fósforo biodisponible.

Tan diversa es la vida (tamaños, formas, colores, olores, texturas) como las explicaciones que hemos dado a su origen.

Los seres humanos siempre hemos buscado dioses y entidades sobrenaturales en el cielo, los mares, las montañas, los ríos, los bosques, las cuevas… responsables de habernos creado junto con todas las criaturas y seres con quienes compartimos la naturaleza.

¿Quién no se ha preguntado cómo se originó la vida en la Tierra? Esta interrogante siempre suscita muchas creencias, debates, experimentos y teorías. Para la ciencia la pregunta es también profunda y fundamental, pero no menos difícil de resolver, de ahí su fascinación.

Oparin y Miller

A principios del siglo XX, el científico ruso Alexander Oparin dio a conocer su teoría acerca del origen de la vida. En ella propuso que en la Tierra primitiva había hidrógeno, metano y amoniaco (estos dos últimos fuentes de carbono y nitrógeno, elementos esenciales para la vida). Oparin también afirmó que la interacción de esos compuestos con los rayos ultravioleta del sol, las descargas eléctricas de los relámpagos y el calor y el vapor de agua (rico en oxígeno) emanados de las erupciones volcánicas, produjo reacciones químicas que dieron origen a los aminoácidos (compuestos básicos para la construcción de proteínas y de diversas moléculas orgánicas).

En la década de los cincuenta, el químico estadounidense Stanley Miller llevó a cabo un experimento basado en la teoría de Oparin. En un matraz mezcló amoniaco, metano, hidrógeno y vapor de agua para recrear la condiciones de la Tierra primitiva, calentó la mezcla a temperatura constante y le aplicó descargas eléctricas para simular los rayos. Al cabo de una semana Miller obtuvo una sustancia viscosa y rojiza, cuando la analizó descubrió que contenía aminoácidos.

El schreibersita y el elemento 15

Un estudio reciente publicado en la revista Nature Communications propone que las descargas eléctricas fueron fundamentales para la producción de fósforo y, por lo tanto, para el origen de la vida.

A esta conclusión llegó el equipo de investigación (de la Universidad de Yale en Estados Unidos y de la Universidad de Leeds en Reino Unido) después de analizar algunos gramos de schreibersita, un mineral rico en fósforo biodisponible (forma química que le permite ser parte de moléculas orgánicas). Se encuentran vetas de schreibersita en las fulguritas, unas rocas vidriosas que se forman cuando los rayos impactan en ciertos suelos arcillosos.

Los estudios previos han planteado que el fósforo del planeta es producto de los meteoritos que por miles de años han impactado la Tierra. Pero los modelos computacionales del reciente estudio, liderado por Benjamin L. Hess, calcularon la cantidad de rayos que pudieron haber impactado la Tierra primitiva y la cantidad de schreibersita que pudo haberse producido por ello. El resultado arrojó entre 110 y 11 mil kilos de fósforo generado anualmente de esta manera, cantidad que rebasa por mucho la del fósforo proveniente del espacio.

Después de que se formó la Luna el impacto de los meteoritos disminuyó, luego las tormentas eléctricas aumentaron hace unos 3500 millones de años, tiempo que coincide con el que se calcula apareció la vida en nuestro planeta.

Cuando la schreibersita entró en contacto con el agua se liberó el fósforo biodisponible, mismo que enriqueció el caldo primigeneo donde se cocinaron las primeras manifestaciones de la vida.

Fulgurita hallada en las excavaciones de Glen Ellyn, en el Estado de Illinois en EE UU y analizada por el equipo de investigación. / Dr. Stephen Moshier deL Wheaton College

 

 

Fuentes

Agencias: BBC, Sinc, Europa Press.

El Explicador  https://www.youtube.com/watch?v=tpxMXEW1zds