Los estadounidenses Paul R. Milgrom y Robert B. Wilson, matemáticos y profesores de la Universidad de Stanford, obtuvieron este lunes el Premio Nobel de Economía “por sus mejoras en la teoría de subastas y la invención de nuevos formatos de subastas”, según anunció la Real Academia de las Ciencias Sueca.

El galardón se otorgó por innovaciones a la teoría de subastas y la invención de nuevos formatos de subastas.
Crédito: Johan Jarnestad/The Royal Swedish Academy of Sciences.

Las investigaciones de ambos revolucionaron dicho campo, crearon un mercado más eficiente para compradores y vendedores, y contribuyeron a maximizar los ingresos de las arcas públicas en el mercado eléctrico, petrolífero o de telecomunicaciones.

Nacido en Detroit, Milgrom se licenció en Matemáticas en Michigan y se especializó en Estadística en la Universidad de Stanford, donde enseña desde 1987. Robert B. Wilson (Geneva, Nebraska), es profesor emérito de la misma institución, y tuvo a Milgrom entre sus alumnos. Sus trabajos no son un ente abstracto: han permitido a las arcas públicas recaudar sumas multimillonarias al ser capaces de diseñar nuevos formatos de subasta de bienes y servicios difíciles de vender al modo tradicional.

Han permitido a las arcas públicas recaudar sumas multimillonarias al ser capaces de diseñar nuevos formatos de subasta.
Crédito: Johan Jarnestad / The Royal Swedish Academy of Sciences.

El mejor ejemplo de ello llegó en 1994, cuando las autoridades estadounidenses utilizaron por primera vez uno de sus formatos de subasta para vender frecuencias de radio a operadores de telecomunicaciones. Desde entonces, muchos otros países han seguido sus pasos. “Sus descubrimientos han beneficiado a vendedores, compradores y contribuyentes de todo el mundo”, recalca la nota de la Academia Sueca.

Wilson ha contribuido al diseño del mercado eléctrico. Sus tarifas multidimensionales se usan en numerosos sistemas eléctricos de todo el mundo, y entre otras cosas han permitido financiar inversiones en nueva capacidad eléctrica y reducir los cortes de suministro a consumidores. Además, demostró por qué los postores racionales tienden a colocar ofertas por debajo de su mejor estimación: están preocupados por la maldición del ganador, es decir, por pagar demasiado y perder.

Milgrom ha hecho lo propio en el ámbito de las telecomunicaciones, con la subasta de frecuencias del espectro radioeléctrico, e incluso creó una consultora para asesorar en dicha área, pero también en el mercado de madera, diamantes, gas natural o software. En sus trabajos, analizó las estrategias de licitación, y probó que el vendedor obtiene mayores ingresos cuando las empresas que compiten entre sí conocen una estimación de las ofertas de las demás. Es decir, recomendó el sistema de pujas abiertas.

Ambos estudiosos fueron pioneros: sus modelos permitieron a los gobiernos mejorar la competencia y sacar partido en los mercados eléctricos, de telecomunicaciones o petrolífero.

Fuente: Premio Nobel

Consulta aquí el anuncio oficial en la página del Premio Nobel.