Los caminos de la antigua ciudad de Pompeya, una ciudad de la Antigua Roma se encontraban en muy mal estado, sin embargo, los encargados de la ciudad hacían lo posible por repararlos.
Una investigación de la Universidad de Massachusetts en Amherst hizo un estudio de estos antiguos caminos y encontró que los habitantes de Pompeya vertían hierro derretido en los hoyos y baches con la intención de componerlos.
Más de un siglo antes de la destrucción de la ciudad ocasionada por la erupción del volcán Vesubio en el año 79 después de Cristo; los trabajadores de Pompeya habían empezado a pavimentar los caminos con piedras, pero estos pronto fueron severamente dañados por la continua circulación de vehículos.
El doctor Eric Poehler de la Universidad de Massachusetts y sus colaboradores, estudiaron aproximadamente 5.5 kilómetros de calles de la ciudad de Pompeya para documentar restos de metal que habían sido observados en las calles empedradas y encontraron 400 piezas de hierro incluyendo parches, gotas y salpicaduras.
El equipo de investigadores calcula que en una vía particularmente en mal estado, los trabajadores que reparaban las calles, podrían haber vertido más de 70 litros de hierro o de una mezcla líquida rica en hierro en una sección de camino surcada por grietas de 10 a 20 centímetros de profundidad.
Los autores señalan que las reparaciones descritas anteriormente muestran que los Romanos tenían la capacidad para derretir hierro, contrario a lo que se pensaba, que este pueblo no disponía de la tecnología necesaria para alcanzar las altas temperaturas necesarias para fundir el metal.
En estudios posteriores los autores planean discutir la evidencia relacionada con el método que los habitantes de Pompeya habrían usado para derretir esos materiales ferrosos y de qué manera los transportaron y depositaron en sus calles.
El artículo en el que los investigadores reportan sus hallazgos fue publicado en el mes de abril en la revista American Journal of Archaeology.
Redacción Ciencia UNAM: Naix´ieli Castillo
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