Investigadores del Instituto de Biología Evolutiva de la Universidad Pompeu Fabra -Upf- de Barcelona, descubrieron que la correcta metamorfosis de los insectos depende de un microARN, una cadena muy corta de ARN, de apenas veinte nucleótidos. Concretamente, se trata de miR-2, que bloquea la producción de una proteína, la Kruppel-h1, que está activa mientras el insecto es aún una larva. Cuando miR-2 bloquea la expresión de Kruppel-h1, que es, de hecho, un represor global de la metamorfosis, se desencadena inmediatamente la metamorfosis. Sin este miR-2, la metamorfosis no se llevaría a cabo.
Los microARN son ARN cortos y de cadena simple, que no codifican ninguna proteína, y que pueden unirse a los ARNm (o ARN mensajero) complementarios que codifican y expresan proteínas. Al acoplarse con esos ARNm, bloquean la expresión de las proteínas, impidiendo su acción. Los microARN constituyen un nivel importante de regulación de la expresión de los genes, que se está demostrando crucial en un número creciente de procesos biológicos.
El trabajo es resultado de seis años de investigación. En el año 2009, estos investigadores eliminaron la expresión de todos los microARN en la cucaracha Blattella germanica, mediante el silenciamiento génico de la enzima Dicer-1. Dicha eliminación impidió que se realizase la metamorfosis correcta en los insectos. Eso implicaba que algún microARN debía estar implicado en el inicio de la metamorfosis y, automáticamente, surgieron dos preguntas clave: cuál era ese microARN y cuál la proteína que regulaba. Este nuevo trabajo, realizado nuevamente con base en observaciones de cucarachas Blattella germanica, fue publicado recientemente en la revista “Proceedings of the National Academy of Sciences” (PNAS).
Fuente: Upf.
Boletín original: http://www.upf.edu/enoticies/es/1415/0320.html#.VQMH9o7yfm4
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