La Organización Meteorológica Mundial -WMO- anunció este 20 de noviembre desde su sede en Ginebra, que la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera alcanzó un nuevo máximo histórico en el año 2011. A lo largo de las últimas dos décadas, dice su boletín de prensa, hubo un incremento de 30 % del forzamiento radiativo (cambio en el flujo neto de energía radiativa hacia la superficie de la Tierra medido en el borde superior de la troposfera como resultado de cambios internos en la composición de la atmósfera, o cambios en el aporte externo de energía solar), debido al dióxido de carbono y otros gases que retienen el calor.

Desde 1750, año en que comenzó la era industrial, la atmósfera recibió unas 375.000.000 de millones de de toneladas de dióxido de carbono, principalmente, debido a la quema del combustible fósil. La mitad de estas emisiones se quedan en la atmósfera, y la otra mitad es absorbida por los océanos y la biosfera.

“Estos miles de millones de toneladas de carbono extra permanecerán en la atmósfera durante siglos provocando el posterior calentamiento de nuestro planeta e influyendo en todos los aspectos de la vida en la Tierra”, señaló el secretario general de la WMO, Michel Jarraud. “Las futuras emisiones solo agravarán la situación”.

Boletín original de la Organización Meteorológica Mundial:  pr_965_en.html