¡Hemos alcanzado el límite extemo de la microscopía; no puede verse algo más pequeño que un átomo, haciendo uso de la luz visible!. Fue lo declarado por el Doctor Dave Kielpinski, tras publicarse su hazaña en “Nature Comunications” en julio pasado, fruto de un trabajo de cinco años que pretendía averiguar cuál era el “número mínimo de átomos necesario para proyectar una sombra”. Finalmente, mediante la utilización de un microscopio de resolución muy eleveda, el equipo de científicos pertenecientes al Centro de Dinámica Cuántica de la Universidad Griffith, en Brisbane, Australia, logró fotografiar la sombra de un sólo átomo aislado, proeza a nivel mundial.

Bajo exposición a una frecuencia específica de luz, los científicos aislaron iones individuales del elemento químico Iterbio (70 Yb) y los expusieron a ella hasta lograr que se proyectara la sombra del átomo sobre un detector, y captar, mediante cámara digital, la imagen anhelada.

Según el encargado de este equipo, estos tipos de experimento ayudan a confirmar nuestro entendimiento de la física atómica, además de abrir nuevas perspectivas para la computación cuántica y la biomicroscopía.

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