Texto por Begoña Iñarritu
Como nosotros, los murciélagos son mamíferos placentarios, es decir, en su interior se desarrolla una cría, que después de nacer se alimenta de leche materna. El murciélago magueyero menor, Leptonycteris yerbabuenae, da a luz una cría una vez al año. Sin embargo, la reproducción de la especie no es tan simple. Las hembras se pueden dividir en dos grupos dependiendo del momento del año que tienen a sus crías y en donde nacen. Un grupo de hembras tiene crías en los meses de octubre y noviembre en el sur y centro del país. Otro grupo migra hacia al Norte, a cuevas en el estado de Sonora y en el sur de Arizona y Nuevo México. Durante estos meses millones de hembras migratorias se agrupan en la Reserva de la Biósfera El Pinacate en el Desierto Sonorense, para tener a sus crías en abril y mayo.
Los sitios dónde estos pequeños murciélagos dan a luz y alimentan a su cría hasta que es independiente, se conocen como cuevas de maternidad. Antes de salir a buscar comida cada noche, las madres colocan a su cría en sitios específicos de la cueva donde se concentra más calor, formando lo que llamamos parches de bebés. Estos parches se componen de cientos y hasta miles de crías. De esta forma, mientras las hembras se alimentan, las crías mantienen una temperatura constante, la adecuada para no morirse de frío. Cuando los bebés están concentrados en grupos grandes, se transfieren calor por conducción, es decir, por contacto directo, ya que cuando están pequeños no pueden generarlo por si mismos. Además, al estar agrupados se protegen de los depredadores que merodean la cueva. Las hembras viajan largas distancias en busca de flores para alimentarse del néctar (ver Una historia muy volada). No transportan a la cría consigo ya que volar cargándola muy probablemente disminuye su eficiencia al buscar alimento e implica un gasto energético extra. Al regresar a la cueva, toman a su cría del parche de bebes, y se posicionan en otro sitio en la cueva para alimentarlo y acicalarlo (para ver un video de una madre cuando encuentra a su cría vea Guarderías de murciélagos).
En el Laboratorio de Ecología y Conservación de Vertebrados Terrestres, estamos estudiando qué características físicas, como temperatura y humedad, poseen los sitios específicos en donde se forman los parches de bebés dentro de una cueva de maternidad. También queremos saber en qué se diferencian de aquellos en donde la hembra alimenta y resguarda a su cría durante el día. Además, estamos investigando cómo es que las hembras reconocen a su cría de entre cientos que conforman el parche. En estudios previos se ha propuesto que quizá sea porque reconocen el olor y sus vocalizaciones. Incluso se ha planteado que prueban la orina de la cría para reconocerla. En agosto de este año, en colaboración con el Zoológico Los Coyotes, recolectamos 40 individuos (36 hembras y cuatro machos) en la cueva Las Vegas en Puebla con el propósito de conocer cómo interactúan la madre y la cría de esta especie. Además, es el primer caso en el país en donde hay murciélagos nativos de América exhibiéndose en un zoológico. Es una excelente oportunidad para estudiar su comportamiento, pero también para que todos podamos disfrutar a estos pequeños mamíferos, y conocer los beneficios que nos proveen.
La larga migración de este grupo de hembras del murciélago magueyero menor no solo es importante porque culmina en que miles de hembras dan a luz a sus crías, asegurando la supervivencia de la especie. Este viaje también es esencial por otra razón, ya que a lo largo de su ruta la especie poliniza, entre muchas especies, al agave del cual se produce el tequila, que muchos disfrutamos. Dada la importancia de este servicio que nos da, la especie también es conocida como el murciélago tequilero. Durante su estancia en las cuevas de maternidad, las hembras se alimentan principalmente de las flores del sahuaro, un cactus columnar que es muy abundante en el Desierto de Sonora. Esta planta es un perfecto ejemplo de una flor que está adaptada a ser polinizada principalmente por murciélagos. Para estas especies la polinización que ofreceeste murciélago es esencial para reproducirse, es decir, producir los frutos y semillas que se convertirán en la nueva generación. Así mismo, es esencial para el murciélago magueyero menor visitar las cuevas de maternidad donde miles de crías crecen, lo que asegura que el ciclo se repita año tras año. Si conocemos más detalles sobre las condiciones que necesitan las crías para sobrevivir en las cuevas de maternidad, podremos saber qué hace a estos refugios especiales y protegerlos mejor. De esta forma, al cuidar a esta especie de murciélago también se conserva el agave tequilero y el sahuaro, lo que contribuye a preservar la biodiversidad, nuestra herencia cultural y la industria tequilera de México.
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