El científico que “ha hecho por la investigación y manejo del dolor lo que hizo Einstein por la Física”, según el Salón Canadiense de la Fama en Medicina
Ronald Melzack fue pionero en el campo del dolor crónico y manejo del dolor reconocido mundialmente. Murió el pasado 22 de diciembre de 2019 a la edad de 90 años.
El científico, quien pasó la mayor parte de su vida como investigador de la Universidad McGill, en Canadá, dedicó su vida profesional a revolucionar la medicina del dolor. Fue cofundador de la Clínica del Dolor de la Universidad McGill que más tarde se convirtió en la Unidad de Manejo del Dolor Alan Edwards del Centro Médico de la Universidad McGill. Actualmente, esta unidad es líder mundial en manejo del dolor y en medicina del dolor en el ámbito clínico, educativo y de investigación.
Los avances de Ronald Melzack revolucionaron la investigación y el tratamiento del dolor. Sus teorías pioneras sobre los mecanismos y el control del dolor abarcan más de medio siglo y han tenido un impacto considerable en todos los campos de la medicina que tratan con pacientes que lo sufren.
Una de sus grandes aportaciones se ubica en 1965. Desarrolló la llamada Teoría del Dolor de la Compuerta (Gate control theory of pain) la cual propone que los estímulos no dolorosos cierran puertas al estímulo doloroso evitando que la sensación dolorosa viaje al sistema nervioso central. En 1968, publicó una extensión de la teoría, en la cual proponía que el dolor es una experiencia subjetiva y multidimensional en la que intervienen redes neuronales paralelas.
Para comprender mejor la teoría de la compuerta, se puede visualizar que todos los nervios del cuerpo se dirigen a la médula espinal. En ella uno se puede imaginar una serie de compuertas frente a las cuales llegan los mensajes de dolor procedentes de todo el cuerpo. Estas compuertas algunas veces pueden estar mucho más abiertas que otras. Esto es importante porque es a través de ellas que los mensajes de dolor llegan al cerebro. Si las compuertas se encuentran abiertas, es posible que muchos más mensajes lleguen al cerebro y la persona va a experimentar un alto nivel de dolor. Por el contrario, si las compuertas están más cerradas, la experiencia de dolor de la persona será mucho menor.
Entre los factores que abren las compuertas se encuentran, mencionó los altos niveles de estrés, algunos factores mentales como enfocarse más en el dolor o la falta de actividad física. Los factores como la relajación y la alegría, concentrarse en otras cosas aparte del dolor, además de ciertos tipos de medicamentos pueden ayudar a cerrar las compuertas.
Durante sus años posdoctorales, el doctor Melzack recopiló más de cien palabras para describir el dolor y con ayuda de un estadístico fue capaz de obtener medidas cuantitativas de cada descriptor. Esto llevó al desarrollo en 1975 del Cuestionario del Dolor de la Universidad Mcgill que actualmente es el método más ampliamente usado en todo el mundo para medir el dolor en la investigación clínica.
Por otro lado, la fascinación del profesor Melzack por el dolor del miembro fantasma (un dolor que las personas perciben después de que una de sus extremidades ha sido amputada) lo llevó a la publicación, en 1989, de su Teoría del dolor de la neuromatriz; en ella propone que todos nacemos con una red neuronal que genera la percepción del cuerpo, el sentido de uno mismo y que también puede generar dolor crónico, incluso cuando los miembros ya no están presentes. Esta teoría propone que el dolor se produce en el cerebro y la médula espinal y no necesariamente en el tejido que se daña.
Redacción: Naix’ieli Castillo. Ciencia UNAM
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