Durante cerca de cuatro siglos arqueólogos y geólogos han debatido cuál es el origen de las rocas que se usaron para construir Stonehenge 2500 años antes de Cristo. También se ha tratado de entender los métodos que su usaron para transportarlas y las rutas que se siguieron.

Un estudio reciente publicado en la revista Science dirigido por el geólogo David Nash de la Universidad de Brighton, aporta nueva información sobre estas rocas y su origen.

West Woods, en el condado británico de Wiltshire, ha sido identificado como la fuente principal de las enormes rocas sarsen encontradas en Stonehenge, según una nueva investigación publicada ayer en la revista Science Advances. Un análisis geoquímico muestra que 50 de los 52 piedras sarsen de Stonehenge tienen la misma composición química y por inferencia se originaron en la misma zona. Los investigadores identificaron West Woods, en Wilthshire una meseta a 25 kilómetros al norte del monumento como el sitio más probable de donde podrían haberse originado esos megalitos.

Una teoría popular propuesta ya desde el siglo XVI sugiere que las rocas sarsen se originaron en Marlborough Downs, un sitio ubicado a 30 kilómetros al norte de Stonehenge y un poco al norte de West Woods en el lado opuesto del río Kennet. Esta concepción “rara vez se cuestiona y nunca se ha probado rigurosamente”, escribieron los autores en el nuevo artículo.

Distribución de las rocas en Stonehenge
Crédito: Science

Utilizando un espectrómetro de fluorescencia de rayos X portátil, Nash y sus colegas realizaron exploraciones no invasivas de todas las rocas sarsen verticales y horizontales en Stonehenge.

Esto les permitió determinar la composición química de las rocas. Luego, una muestra del núcleo tomada de uno de los sarsen en 1958, se analizó con un espectrómetro de masas y se comparó con otros sarsen encontrados en el sur de Gran Bretaña. Como señalan los autores en el estudio, esto generó “señales químicas de alta resolución para el monumento y permitió conocer las posibles regiones de origen”.

Los autores señalan algunas teorías acerca de por qué los antiguos constructores podrían haber elegido ese sitio para obtener las rocas. Señalan que la zona podría haber sido de importancia para la gente del neolítico por su topografía en una tierra alta.

Aun queda por investigar por que dos de los sarsen tienen un origen diverso, las rocas 26 y 160. Una posible explicación sería la participación de una diferente comunidad de constructores que decidieron tomar sus materiales de otras fuentes. De cualquier manera este tipo de estudios arroja luz sobre quienes fueron los misteriosos antiguos constructores del monumento.

En esta liga puedes leer cómo una muestra extraída de Stonehenge en 1958 hizo posible este estudio.

Redacción: Ciencia UNAM. Naixieli Castillo