“PicSat”, nanosatélite francés, fue lanzado el pasado 12 de enero para estudiar de manera continua la estrella Beta Pictoris, su exoplaneta y su célebre anillo de materia, gracias a un telescopio de 5cm de diámetro. Este nanosatélite fue concebido y construido en solamente tres años por investigadores e ingenieros del Observatorio de París y del Centro Nacional de la Investigación Científica -CNRS- de Francia, con el apoyo de la Universidad París Ciencia y Letras -PSL-, del Centro Nacional de Estudios Espaciales, del Consejo Europeo de Investigación y de la Fundación MERAC.
Una pluma en el espacio
Alto como sus tres cubos que lo componen, con aristas de diez centímetros cada uno, no pesa más de 3.5 kg. Su consumo eléctrico, de aproximadamente 5 W, equivale al de un foco ahorrador. Y su telescopio no sobrepasa los cinco centímetros de diámetro, similar al de los astrónomos amateurs principiantes. No obstante, este nanosatélite va permitr conocer mejor el sistema Beta Pictoris, estrella del hemisferio sur.
Un sistema lleno de enigmas
Beta Pictoris se ubica a apenas 63.4 años luz de nosotros y es muy brillante, lo que facilita su estudio. Esta estrella joven, de únicamente 23 millones de años, apasiona a los astrofísicos desde que se descubrió, a principios de los 80, un gran anillo de polvo, gas y basura rocosa a sus alrededores. Este anillo, vestigio de una nube primitiva que dio luz a la estrella, es un caso de estudio muy raro para los astrónomos del mundo entero que lo observan regularmente desde entonces. Conocer mejor a Beta Pictoris, es comprender mejor la formación de los planetas gigantes y de los sistemas planetarios en general.
Una breve ventana de oportunidad
En el año 2009, un equipo de astrofísicos descubrió, en su órbita, un planeta gaseoso gigante: Beta Pictoris b, siete veces más masivo que Júpiter, y que gira alrededor de su estrela a 1.5 mil millones de kilómetros de distancia, como Saturno alrededor de nuestro Sol.
Y este planeta podría, visto desde la Tierra, pasar frente a su estrella en el verano 2018. Observar este paso, que se produce cada 18 años, permitiría deducir el tamaño exacto del exoplaneta, la extensión y composición de su atmósfera, así como su composición química. Pero este paso del planeta, no durará más que algunas horas. Lograr observar este fenómeno, cuya fecha exacta desconocemos, impone una vigilancia continua y permanente de este sistema planetario. Y eso es posible únicamente desde el espacio, en parte para escapar al ciclo día-noche y al paso de las nubes.
La herramienta apropiada
Para intentar observar este momento, solamente un nanosatélite podía ser desarrollado en un lapso muy corto. PicSat ha sido concebido y posteriormente construido en tres años. Para el CNRS y el Observatorio de París, es el primer satélite concebido en su integralidad en sus recintos.
El 12 de enero pasado, despegó el cohete de la India PSLV, llevando consigo PicSat para ubicarlo en una órbita polar a 505 km de altitud, al mismo tiempo que treinta otros satélites. PicSat está programado para funcionar durante un año. Tan pronto empiece a observar el inicio del paso del planeta o cualquier otro fenómeno, el telescopio de 3.6 metros de diámetro del ESO, en la Silla, en Chile, se activará inmediatamente para observar a su vez el fenómeno, mediante el instrumento Harps. En conjunto con los datos obtenidos por PicSat, esto permitirá afinar las medidas anheladas.
Fuente: CNRS
Boletín original: http://www2.cnrs.fr/presse/communique/5387.htm
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