Investigadores pertenecientes al Centro ARC de Excelencia para Estudios de Arrecifes de Coral de la Universidad James Cook, Australia, demostraron que las reservas marinas en la Gran Barrera de Coral de Australia, juegan un papel clave en la reducción de la prevalencia de las enfermedades que afectan, por lo general, a los corales.

 

Se sabía, desde hace tiempo, que las reservas marinas son importantes para mantener y mejorar las poblaciones de peces. Pero es la primera vez que se sugiere que las reservas marinas mejoran también la salud de estos organismos, que se encuentran en esta Gran Barrera australiana. Los científicos descubrieron que la tasa de enfermedades que atacan a los corales era cuatro veces menores en las reservas en las que se prohíbe la pesca, que la de las zonas ubicadas fuera de ellas. Para llegar a estos resultados, los biólogos monitorearon más de 80 mil corales a los alrededores de las islas Whitsunday, mismos que están comúnmente atacados por seis enfermedades diferentes, al igual que este tipo de organismo en otras partes del mundo. Y los especialistas encontraron que tres enfermedades coralinas eran más prevalentes fuera de los arrecifes que no se ubican en las reservas marinas en las que no se pesca, particularmente en los arrecifes con altos niveles de corales heridos.

 

En efecto, pareciera que los corales heridos son más vulnerables a las enfermedades. Los tejidos dañados favorecen la invasión de parásitos y patógenos, lo cual impide la recuperación de los organismos, aprovechando la baja respuesta inmunológica de los mismos. Tomando en cuenta la dificultad para identificar los patógenos que provocan las enfermedades, entender qué actividades aumentan el riesgo de ciertos padecimientos de los corales resulta vital para poder implementar mayor prevención y protección.

Fuente: JCU

Boletín original: http://www-public.jcu.edu.au/news/JCU_148130