Dog Aging Project tiene como fin identificar los factores genéticos, ambientales y de estilo de vida que influyen en el envejecimiento de los perros.

…Y ahora, ¿en qué sueñas?

¿dónde se fue tu espíritu sumiso?

¿no hay otro mundo

en que revivas tú, mi pobre bestia,

y encima de los cielos

te pasees brincando al lado mío?…

Miguel de Unamuno

 

Los hay de todos tamaños, colores, temperamentos y habitan en casi toda la faz de la Tierra. Quienes conviven con un perro dicen que como el suyo no hay otro igual: cariñoso, juguetón, inteligente, protector…

Durante los meses de confinamiento debido a la pandemia de Covid 19, la adopción de perros se incrementó en muchos países, entre ellos México. Los canes fueron un apoyo emocional importante que hicieron más llevaderos los días de encierro. En muchos casos, el vínculo emocional entre mascota y humano se estrechó durante estos dos años.

Un par de años antes de la pandemia se creó Dog Aging Project (DAP, por sus siglas en inglés), que por su importancia científica dará a los amantes de los perros más razones para seguir queriéndolos.

Un motivo más para querer al mejor amigo

Dog Aging Project es un consorcio de investigación estudiará a largo plazo cómo los factores genéticos, ambientales y el estilo de vida impactan en el envejecimiento de los perros. Los datos recopilados y los resultados que se obtengan contribuirán a comprender mejor este proceso.

En el artículo publicado en Nature acerca del proyecto se afirma lo siguiente: “Para comprender mejor cómo los genes y el entorno dan forma al envejecimiento en animales no humanos fuera del laboratorio, y generar conocimientos que puedan traducirse fácilmente al envejecimiento humano, hemos recurrido al perro de compañía como un poderoso modelo que comparte el entorno humano pero que envejece más rápido”. Este último factor es muy importante porque les da oportunidad a los investigadores de observar y analizar de principio a fin el ciclo de vida de los perros.

“Los perros de compañía envejecen aproximadamente entre siete y diez veces más rápido que los humanos, lo que permite realizar estudios longitudinales e intervencionistas en tan solo unos pocos años”.

Otras razones que justifican la selección del perro como modelo de estudio es que perros y humanos comparten enfermedades como cáncer, trastornos neurológicos, enfermedades autoinmunes y cardiovasculares, entre muchas otras —las cuales son atendidas por diferentes especialistas veterinarios—, así como comportamientos y variaciones en el ADN durante las diferentes las etapas de su vida.

Dog Aging Project es una iniciativa interdisciplinaria en la que participan más de 20 instituciones académicas y más de 30 mil canes de todas las razas y tamaños —aún se están aceptando voluntarios—. “Los datos y las muestras biológicas se recopilarán anualmente y estarán disponibles como recurso público”, explican los investigadores. Esto permitirá que otros científicos cuenten con datos para llevar a cabo otras líneas de investigación.

Se calcula que para finales de 2022 DAP tendrá la secuenciación completa del genoma de 10 mil perros.

Asimismo, en Dog Aging Project se realizarán protocolos para probar medicamentos, entre ellos la rapamicina. “Probaremos la hipótesis de que dosis bajas de rapamicina, administradas semanalmente, pueden mejorar la función cardiaca y cognitiva, y reducir la incidencia de enfermedades relacionadas con la edad en razas grandes de mediana edad”, se abunda en el artículo.

“Nuestros datos brindarán a los veterinarios y científicos las herramientas para evaluar que tan bien está envejeciendo un perro específico y sentará las bases para los estudios sobre los determinantes del envejecimiento normativo”.

Más trabajos

Un equipo de investigación de la Universidad de  Viena halló que el carácter de los perros cambia con el tiempo: son menos obedientes y difíciles de entrenar durante su adolescencia y más tranquilos conforme envejecen, aunque, como en los seres humanos hay sus excepciones. Al respecto Borbála Turcsán, una de las investigadoras del proyecto señaló: “Las personas con perfiles de personalidad más maduros cambian menos a medida que envejecen y hallamos lo mismo en el caso de los perros”.

Otro ensayo encontró que el patrón de metilación del ADN que se usa para determinar la edad de los humanos también es válido para conocer la edad de los perros y a la vez descubrió que este patrón parece ralentizarse más en esta especie. Esta investigación también propone una fórmula para calcular la edad de los mejores amigos del animal humano: multiplicar el logaritmo natural de la edad del perro por 16 y al resultado sumarle 31. Por ejemplo, el logaritmo natural de 9 (edad del perro) es 2.19 más o menos, que multiplicado por 16 da aproximadamente 35, si se le suma 31 entonces la edad del perro en cuestión es 66.

Para estos trabajos los sujetos de estudio fueron border collies y labradores retriever, respectivamente, y, al igual que los perros del Dog Aging Project, no eran animales de laboratorio.

Leticia Monroy Valentino

Referencias

https://www.agenciasinc.es/Noticias/Cual-es-en-realidad-la-esperanza-de-vida-de-tu-perro

https://dogagingproject.org/

https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/nuevo-metodo-cientifico-para-calcular-edad-perros_14948

https://www.nytimes.com/es/2020/11/13/espanol/edad-de-los-perros.html