Micropaleontólogos de la Universidad de Zaragoza, España, han descubierto en Túnez una nueva especie fósil de plancton marino que tendrá importantes consecuencias a la hora de analizar la extinción masiva del límite Cretácico/Terciario –conocido como “límite K/T-, que acabó con la era de los dinosaurios hace 66 millones de años, por cuestionar la teoría, aceptada hasta el momento, de que los actuales foraminíferos planctónicos provienen evolutivamente de unas pocas especies resistentes que sobrevivieron a la extinción.

 

El plancton marino agrupa a todos los organismos que flotan libres en la superficie de los océanos, e incluye a algas y protozoos microscópicos como los foraminíferos. Desempeña un papel esencial para mantener la salud y equilibrio del océano y sus complejas cadenas alimentarias, sosteniendo la vida en la Tierra. Estos microfósiles ayudan a datar las rocas sedimentarias marinas con gran precisión y a conocer los cambios climáticos y oceanográficos del pasado. Precisamente, las dataciones con foraminíferos planctónicos realizadas por los investigadores españoles, y publicadas en 2010 en la revista Science, permitieron concluir que la extinción del límite K/T coincide en el tiempo con el impacto del asteroide Chicxulub, de 10 kilómetros de diámetro, en la Península de Yucatán (México).

 

Aunque son necesarios más estudios, este descubrimiento sugiere que los efectos medioambientales del impacto de Chicxulub en las capas superficiales de los océanos (contaminación química, cambios bruscos de la temperatura, acidez, etc.) fueron mucho más severos de lo que se pensaba. Si hasta ahora los estudios indicaban que la extinción afectó «sólo» al 75% de las especies de foraminíferos planctónicos, el hallazgo avalaría la hipótesis de una extinción casi total de sus especies, con una tasa de extinción cercana al 100%.

 

Esta investigación, cuyos resultados fueron publicados en fechas recientes en la revista Historical Biology, tiene tres importantes implicaciones: en primer lugar, los foraminíferos planctónicos aparecieron de forma independiente a partir de los foraminíferos bentónicos al menos en dos momentos: hace 160 y hace 66 millones de años. En segundo, el descubrimiento de la nueva especie implica que los foraminíferos planctónicos actuales no tienen parentesco con los del Jurásico y Cretácico, lo que significa que hay al menos dos ramas independientes que han sido agrupadas erróneamente desde el siglo XIX en un solo grupo taxonómico: el Orden Globigerinida. Y por último, el origen bentónico de la nueva rama evolutiva terciaria hace innecesario presuponer la supervivencia de algunas especies de foraminíferos planctónicos cretácicas para explicar por qué existen foraminíferos planctónicos en la actualidad.

 

Fuente: Universidad de Zaragoza

Boletín original: http://www.unizar.es/prensa/noticias?id=4896