Lo que se sospechaba, se comprobó. La contaminación ambiental urbana producida en la ciudad de Manaos, capital del estado brasileño de Amazonas, tiene una influencia directa –y potencialmente perjudicial– sobre la biogeoquímica de la selva amazónica. Por donde pasa, la pluma de polución interfiere en los mecanismos de producción de partículas de aerosoles, con consecuencias a su vez sobre los mecanismos de formación de nubes, su evolución y la producción de lluvias. La interacción de la pluma urbana con las emisiones naturales de la selva produce ozono en niveles que pueden ser fitotóxicos para la vegetación.
Un experimento internacional
Esta afirmación es parte de los primeros resultados de la campaña científica internacional “GoAmazon”, gran experimento realizado a lo largo de los años 2014 y 2015 alrededor de la ciudad de Manaos, en cuyo marco se llevaron a cabo varios proyectos financiados por el Departamento de Energía de Estados Unidos (DoE, por sus siglas en inglés), la FAPESP y la Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de Amazonas –Fapeam-, entre otros socios. El enfoque de los estudios consistió en develar los mecanismos de interacción existentes entre las emisiones de Manaos y las de la selva
Impacto de la contaminación ambiental sobre la fotosíntesis
La selva emite naturalmente los llamados compuestos orgánicos volátiles –COVs- como parte de su metabolismo. Una vez en la atmósfera, los COVs interactúan con otros gases y se oxidan. Este proceso desempeña un papel fundamental en la formación de nubes y, por consiguiente, de la lluvia que cae en la región. Pero la contaminación ambiental de la ciudad de Manaos muestra ahí su huella. Las emisiones de las chimeneas industriales y de los escapes del parque vehicular de la ciudad forman una pluma de contaminantes en la tropósfera sobre Manaos, misma que es transportada en forma continua por los vientos hacia zonas alejadas de la ciudad, generalmente en dirección hacia el oeste, formando una mancha atmosférica que se extiende por 100, 200 y hasta 300 kilómetros de distancia.
Los gases contaminantes de esta “nube” alteran las reacciones químicas de los COVs en la atmósfera y producen más ozono y más partículas de aerosoles que los que se producirían naturalmente, si no hubiese contaminación. La concentración normal de ozono en la tropósfera de la Amazonia es muy baja: de 10 a 15 partes por mil millones (ppmm) a la mitad del día. Por donde pasa la pluma contaminante de Manaos, las concentraciones de ozono se cuadruplican: trepan a 40 ó 50 ppmm. Y como lo explica uno de los investigadores, “esta mayor concentración de ozono inhibe la fotosíntesis, pues hace que los estomas no se abran para su concreción. Como resultado de ello, las plantas absorben menos carbono de la atmósfera. En tales condiciones, la vegetación disminuye la fotosíntesis” y, a largo plazo, esta exposición a elevadas concentraciones de ozono derivaría en una merma de la cantidad de biomasa de la selva.
Estos primeros resultados han sido publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences –PNAS-, bajo el título de “La fotoquímica del isopreno sobre la Selva Amazónica”.
Fuente: Agencia FAPESP / Peter Moon
Boletín original: http://agencia.fapesp.br/la_polucion_en_la_amazonia_inhibe_la_fotosintesis_y_perjudica_la_formacion_de_lluvias/23437/
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