Por Rubén Galicia.
Los murciélagos son esenciales en el funcionamiento de los ecosistemas, aunque esta nota no es precisamente para adularlos y echarles flores (por mucho que lo merezcan), sino más bien para dar un ejemplo de la relación que guardan flores y murciélagos y cómo el estudio de esta relación es importante para la conservación de estos animales y del buen funcionamiento del ecosistema.
Las plantas no pueden moverse de un lugar a otro como los animales, así que para “encontrar pareja” necesitan que sus gametos masculinos lleguen hasta los femeninos aprovechando algún medio de transporte. Un medio de transporte pueden ser animales que sí se pueden mover de un lugar a otro, haciendo el trabajo de la polinización. Durante la noche, varias especies de murciélagos se alimentan del polen y néctar de las flores y al hacerlo ayudan a la planta a reproducirse llevando su polen de una flor a otra, del mismo modo en que lo hacen los colibríes durante el día (Fig 1). Es así que mediante la intervención de este tipo de murciélagos existen plantas como magueyes, sahuaros, cazahuates o pochotes. Por ello los murciélagos nectarívoros contribuyen a la conformación de la vegetación, ya que algunas de las plantas que polinizan dominan los paisajes.
Una de las especies mexicanas que visitan flores es el murciélago magueyero mexicano (Leptonycteris nivalis). Leonora Torres, en su nota “En busca de un murciélago”, explicó sobre la migración que realiza esta especie y de sus problemas de conservación. También habló de un proyecto para encontrar más refugios donde se aparea esta especie, ya que este evento sólo se ha documentado en la Cueva del Diablo, en Tepoztlán, Morelos. Por lo pronto, esta cueva y la región de Tepoztlán han sido imprescindibles porque ahí hemos podido estudiar y conocer mejor a esta especie y encontrar posibles acciones para evitar su extinción.
Es por eso que desde hace más de una década el Laboratorio de Ecología y Conservación de Vertebrados Terrestres realiza investigaciones en este lugar. Gracias a nuestro trabajo, ya sabemos de qué plantas se alimenta y cuándo se aparea, pero falta más por conocer. Es así que emprendimos un nuevo estudio para detallar la interacción que ocurre entre este murciélago y su principal fuente de alimento en Tepoztlán: los cazahuates (Ipomoea murucoides).
Una parte de la investigación consistió en evaluar la importancia de esta planta en la dieta del murciélago a lo largo de toda una temporada de estancia invernal en Tepoztlán. Para eso, de septiembre a febrero tuve que atrapar muchos murciélagos y tomar un poco del polen que se les adhiere al pelo cuando visitan las flores y así saber qué especies de plantas habían visitado. ¿Qué encontré? Que los cazahuates casi siempre son el alimento principal. Otros elementos importantes fueron los magueyes o agaves (Agave spp.) y mucho después los pochotes (Ceiba aesculifolia) y las clavellinas (Pseudobombax ellipticum), entre otras plantas. (Fig. 2).
Mi hipótesis inicial fue que se trataba de una interacción mutualista, es decir que tanto la planta como el animal se benefician, por lo que quise ver por un lado cómo le iba a los cazahuates y por otro lado a los murciélagos. La polinización es un ejemplo de mutualismo, uno se alimenta y la otra se reproduce pero, ¿qué tanto le ayuda el murciélago a la planta para reproducirse? Evalué si los murciélagos eran los mejores polinizadores para esta planta, porque se ha visto que estas flores además reciben visitas de colibríes, abejas y otros insectos.
Para responder esta pregunta diseñé un experimento que consistía en cubrir un grupo de flores que sólo podrían ser visitadas de día por los polinizadores y otro grupo que sólo sería visitado de noche. Después de ser polinizadas las flores se convierten en frutos, así que observé cuales flores producían más frutos, las que fueron cubiertas de día o de noche. (Fig. 3). Los resultados no fueron como yo los esperaba, ya que encontré que tanto los polinizadores diurnos como los nocturnos son igual de importantes para la planta. Sin embargo, los murciélagos representan una ventaja para la planta con respecto a las abejas ya que estos mamíferos vuelan grandes distancias, transportando el polen mucho más lejos.
Desde la perspectiva del murciélago, me interesó ver que tantos beneficios obtiene de un cazahuate. Una forma de medirlo es en términos energéticos, el néctar es comida por lo tanto representa energía para su organismo. Las preguntas que quise contestar fueron ¿cuánta energía produce una flor? y ¿cuánta energía necesita un murciélago? Para responder la primera pregunta me convertí en murciélago, tomando el néctar de las flores para medir la cantidad de azúcar o energía que produce durante la noche. Para la segunda pregunta, pesé cientos de murciélagos. Descubrí que una flor de cazahuate produce en promedio 0.27 Kcal (o Calorías para los nutriólogos) durante la noche, y que un murciélago magueyero requiere aproximadamente 26 Kcal diariamente (ver nota “De calorías y murciélagos”). Si lo vemos en términos conocidos esta energía equivale a lo que contiene una naranja. Debido a que un murciélago no puede tomar de golpe todo el néctar que se produce después de toda la noche, necesita visitar cientos de flores para cubrir su necesidad de alimento y energía. Por lo que la protección de los hábitats naturales cercanos a la Cueva del Diablo es fundamental para garantizar la permanencia de los murciélagos durante la temporada de apareamiento.
Todo esto es apenas un poco de la investigación necesaria para obtener conocimientos que nos puedan ayudar a conservar al murciélago magueyero y su hábitat natural. Nos falta mucho por conocer y en el laboratorio seguiremos trabajando con la intención de salvaguardar no sólo una especie de murciélago, sino los procesos naturales en que participa, el hábitat y las especies con las que interactúa. Así que pronto esperamos tener más y mejores noticias para la conservación del murciélago magueyero mexicano.