Investigadores de la Universidad de Barcelona y del Consorcio Sanitario de Terrassa han encontrado diferencias anatómicas en las estructuras cerebrales implicadas en el refuerzo de la conducta en un grupo de personas con obesidad. Los investigadores han reconstruido con técnicas de resonancia magnética las zonas del cerebro donde se encuentra el sistema de recompensa, y han documentado alteraciones en el volumen y la integridad de las conexiones neuronales.

El sistema de recompensa es un mecanismo cerebral que desempeña un papel clave en el refuerzo del comportamiento; ya que, cuando se activa, aumenta la probabilidad de volver a repetir la conducta que lo acciona. Este sistema se ha estudiado especialmente en las adicciones, pero también está en la base del refuerzo de la ingesta de alimentos. Con este objetivo, los científicos aplicaron técnicas de resonancia magnética para estudiar el cerebro de 63 participantes (de los 12 a los 39 años). La muestra se dividió en un primer grupo integrado por personas con un índice de masa corporal (IMC) igual o superior a 30, que es el indicador de obesidad según la Organización Mundial de la Salud (OMS), y un segundo grupo de control, de personas con un IMC entre 18,5 y 25, que equivale a la categoría de peso normal, también según la OMS. Este índice se calcula dividiendo el peso de una persona en kilogramos por el cuadrado de su altura en metros (kg/m²).

Los investigadores utilizaron la técnica de resonancia magnética para reconstruir las conexiones de la sustancia blanca que forma la red del sistema de recompensa. A partir de estos datos compararon el volumen y la integridad de las conexiones de los dos grupos de participantes. Los resultados indicaron una conectividad estructural más pequeña en el grupo de personas con obesidad respecto al grupo de comparación, tanto en el volumen de la sustancia blanca como en la integridad de las fibras que forman las conexiones del sistema de recompensa, evidenciando que el sistema que regula la conducta en la alimentación, es diferente.

Este es el primer estudio del grupo en el que los investigadores analizan la estructura en red del sistema de recompensa, aunque en estudios anteriores ya habían encontrado diferencias funcionales y anatómicas en el cerebro de las personas con obesidad. Así, constataron un grosor cortical más delgado en zonas implicadas en el control cognitivo, y también identificaron con estudios de resonancia magnética funcional un procesamiento diferente de imágenes de estímulos reforzantes. Este hallazgo, publicado en la revista científica Neuroimage, puede servir para avanzar en el diseño de programas de prevención, así como en la aplicación de tratamientos más individualizados.

Fuente: Universidad de Barcelona.

Boletín original: http://www.ub.edu/web/ub/es/menu_eines/noticies/2015/03/015.html