Texto y fotografías de: Luis A. Trujillo
El papel que tienen los murciélagos como consumidores de frutos y dispersores de semillas de un gran número de especies de plantas es bien conocido. Toman el fruto y lo transportan lejos de la planta madre y a lo largo de su recorrido van liberando semillas a través de las heces o las transportan hacia su sitio de alimentación. Alejar las semillas de la planta madre propicia el flujo de genes y el establecimiento de nuevas plántulas tanto en espacios abiertos como en el bosque, por lo que los murciélagos frugívoros son catalogados como organismos vitales para el mantenimiento y la regeneración de los bosques y ecosistemas tropicales.
Un alto porcentaje de las plantas consumidas por murciélagos han desarrollado frutos con semillas muy pequeñitas que atraviesan con facilidad el tracto digestivo de las especies. Sin embargo, los murciélagos también son importantes dispersores de especies de plantas con frutos de semillas grandes, como el ramón, el chicozapote y las ciruelas. En los bosques del sur de México y del norte de Guatemala, las especies del género Dermanura contribuyen en gran medida a la dispersión de plantas con frutos de semillas grandes. Los murciélagos pertenecientes al género Dermanura pesan entre 10 y 15 gramos y a pesar de ser tan pequeños son capaces de transportar frutos de su mismo peso mientras vuelan.
Unos años atrás fui testigo de la increíble capacidad que tiene este grupo de murciélagos de volar mientras sostienen grandes pesos con su boca. Estaba atrapando murciélagos en el noroeste de Guatemala, pero debido a las intensas lluvias de esa noche decidí cerrar las redes de niebla. Mientras lo hacía cayó frente a mí un pequeño murciélago perteneciente a la especie Dermanura watsoni. Para mi sorpresa, el pequeño animal llevaba un fruto de chicozapote (Manilkara zapota) en su boca. ¡Aquel fruto, representaba dos terceras partes de su tamaño! De regreso en el campamento pesé al fruto y al murciélago, documentando que el peso del fruto correspondía a más del 80% del peso del murciélago (fruto=9 g; murciélago=11 g).
Luego de haber recolectado la información correspondiente me dispuse a liberar al murciélago, pero por la intensidad de la lluvia, el animal decidió no dejar el resguardo del campamento y se perchó a escasos metros de mí. Le ofrecí su fruto de vuelta y luego de sacudirse algunas veces lo tomó y comenzó a comerlo. Esta situación me dio la oportunidad de fotografiarlo sosteniendo y comiendo su tan preciado alimento. Es increíble poder observar cómo estos murciélagos de talla chica han asumido el rol de dispersores de semillas de frutos que asemejan o igualan su peso, lo que los convierte en dispersores de peso pesado.