Texto por Marina Rivero, Clementina Equihua y Antonio de la Torre

En el laboratorio de Ecología y Conservación de Vertebrados Terrestres hemos trabajado por más de 25 años con la ecología de los murciélagos. Estos animales nos parecen fascinantes. Debido a que su vida activa es durante la noche trabajar con ellos implica retos metodológicos que motivan nuestra creatividad como científicos. Un ejemplo de ello es entender algunos aspectos de su comportamiento. En particular, no se sabe mucho de qué es lo que pasa dentro de las cuevas de maternidad.

Como lo mencionamos en nuestra nota anterior (El murciélago magueyero menor), estamos celebrando que las poblaciones del murciélago magueyero menor (Leptonycteris yerbabuenae) se han recuperado, por lo que sigue siendo nuestra estrella de este blog.Una parte importante del conocimiento científico a partir del cual se basa la propuesta de retirar a este murciélago de la lista de especies amenazadas es conocer las condiciones en las que se lleva a cabo su reproducción: desde el apareamiento hasta el cuidado de las crías. Diversos estudios nos han permitido entender un poco mejor los patrones de migración de esta especie. Ahora sabemos que una parte de las hembras de esta especie migran desde las costas de Jalisco donde se aparean durante el otoño y llegan a las colonias de maternidad al norte del país para dar a luz y cuidar a las crías durante la primavera. Mientras que otra parte de ellas migran hacia el sur, en los estados de Chiapas, Oaxaca, Guerrero. Sin embargo, aún no se comprende qué factores están determinando que las hembras migren hacia el norte o hacia el sur.    

Gracias a nuestro trabajo de investigación, sabemos que las colonias de maternidad de esta especie pueden estar formadas por miles de murciélagos hembras y sus crías. Cada anochecer las hembras salen a alimentarse al desierto y dejan a sus crías adentro de la cueva. Esto lo hacen muy probablemente debido al esfuerzo energético que significa depender de néctar y moverse largas distancias buscando flores (Una historia muy volada).

Entonces nos surgió la pregunta ¿cómo es que las madres encuentran a su cría entre miles cuando regresan a la cueva? Para documentarlo usamos cámara de video infrarojas que colocamos adentro de la cueva muy cerca de lo que denominamos “guarderías”. Una guardería podemos definirla como el sitio donde las madres dejan a sus crías durante el tiempo que abandonan la cueva para alimentarse. Por lo regular estos sitios son los que tienen las temperaturas más elevadas de toda la cueva.

Analizamos las grabaciones obtenidas y descubrimos que las hembras probablemente identifican a su cría con el olfato y probando la orina de las crías.

Este video muestra una secuencia en la que podemos observar en el lado superior izquierdo cómo una cría comienza moverse con mayor intensidad. Unos segundos después, la madre entra y comienza a olfatear y lamer la orina de cada una de las crías, hasta que identifica a la suya, después la cría se prende del pezón y la madre la levanta para llevársela a otro sitio.

El comportamiento dentro de los refugios de maternidad no solo nos ayudará a entender mejor la relación madre-cría, sino también comprender si existe cooperación entre las madres, es decir si existe un cuidado comunitario de las crías. Sin embargo, aún falta mucho por estudiar.