Texto por Roberto Emiliano Trejo Salazar
Los murciélagos son animales misteriosos y despiertan mucha curiosidad, por eso han influido en algunas culturas por su capacidad para volar, sus hábitos nocturnos, y por las adaptaciones que han desarrollado para moverse en el ambiente oscuro. Por ejemplo, en América, los mayas lo consideraban una deidad relacionada con la muerte, la noche o la oscuridad y con la decapitación, pero también con la fertilidad y la sexualidad. La movilidad de los murciélagos durante la noche depende en parte de una adaptación que es poco común en el reino animal: la capacidad de usar ecolocalización. Esto significa que pueden reconocer objetos en su cercanía por medio de la emisión de sonidos de alta frecuencia, que cuando golpean un obstáculo o presa, se regresan hacia ellos en forma de eco, que pueden captar con membranas especializadas en sus oídos. Por esta razón, muchas especies de murciélagos tienen orejas muy grandes. Una de las familias de murciélagos con esta característica, llamados filostómidos, tienen, además, una membrana alargada en la nariz a la que se le llama “hoja nasal”, y que los ayuda a concentrar las emisiones de ondas de sonido. El murciélago nariz de lanza de Cozumel (Mimon cozumelae), tiene estas dos características de forma muy notoria. Este mamífero habita usualmente en selvas secas, medias y altas bien conservadas, y se refugia en cuevas de roca caliza o en troncos huecos (Ver mapa de vegetación de México, las selvas se muestran en morado y rosado). Su alimento lo obtiene forrajeando o buscando insectos, como por ejemplo escarabajos, moscas y polillas, e incluso pequeñas lagartijas en las plantas que crecen más cerca del suelo. El tamaño exagerado de sus orejas y hoja nasal le son muy útiles para discriminar obstáculos de manera eficiente. En la NOM-059-SEMARNAT-2010 esta especie está bajo cierto riesgo, por lo que está en la categoría de Amenazada.
Murciélago nariz de lanza de Cozumel capturado en la Selva Lacandona, cerca de la estación biológica de Chajul. (Foto por Abigail Serena)
El nombre científico del género Mimon, al que pertenece esta especie, se origina del griego mimos, que significa imitador o intérprete teatral. Por otro lado, en la mitología griega Mimas era un gigante, hijo de Gaia, diosa de la Tierra, y de Uranus, dios de los cielos. Mimas luchó contra los dioses del Olimpo, y se dice que fue asesinado por Ares, el dios de la guerra, o por un rayo lanzado por Zeus. No parece existir relación entre este gigante de la mitología griega y el nombre del género Mimon, pero si de gigantes hablamos, las orejas del murciélago nariz de lanza de Cozumel son colosales, y por una buena razón.
Una particularidad de la especie, que comparte con pocas especies de orejas grandes de su tamaño, es que tiene las orejas puntiagudas. (Foto por Abigail Serena)