Texto por Luis R. Víquez Rodríguez

Hay pocas cosas en la vida tan relajantes como navegar por un río en medio de una selva tropical. Mi última experiencia de este tipo fue en el río Lacantún en Chiapas. Siempre me impresiona que, mientras la lancha se desliza suavemente sobre el agua, aparezca en un árbol a la orilla del río un mono Saraguato y empiece a aullar con su característico tono ronco, o ver pasar una pareja de guacamayas rojas emitiendo el característico grito. Mientras avanza la lancha por el río me maravillo de los verdes paredones de árboles que guardan las orillas. Una vez terminado el paseo en lancha, cuando el sol empieza a caer y mientras camino por el embarcadero, me intriguan las pequeñas siluetas negras que empiezan a volar rápidamente sobre los márgenes del río. Son los murciélagos, que apenas comienzan su actividad cuando muchos animales empiezan a descansar. Este es un final de estampa para un día inolvidable.

Mono ahullador o saraguato (Alouatta pigra) comiendo tamarindo en el municipio Marqués de Comillas, Chiapas. Foto por Maripaula Valdés Bérriz

Mono aullador o saraguato (Alouatta pigra) comiendo tamarindo en el municipio Marqués de Comillas, Chiapas. Foto por Maripaula Valdés Bérriz

El escenario descrito resalta uno de los valores más reconocibles de la diversidad biológica: el valor estético de la misma. No soy el primeros en notarlo; muchos pintores y escritores han sido cautivados por la belleza escénica de los paisajes naturales y los han plasmado en sus obras. Es inevitable sentirnos cautivados por la belleza del paisaje, pero los beneficios que provee la diversidad biológica van mucho más allá de simplemente una imagen bonita que admirar. Los ecosistemas nos proveen también de muchos servicios como la polinización de muchas plantas útiles para nosotros, el control de plagas que afectan a nuestros cultivos, la dispersión de semillas que ayudan a regenerar los bosques, e incluso beneficios para la salud humana.

Desde el punto de vista de la salud humana, los bosques son verdaderas farmacias potenciales. Muchas de las medicinas que utilizamos actualmente se generaron a partir de aislar moléculas extraídas de plantas y animales que fueron encontradas por investigadores o por compañías farmacéuticas. Pero éste no es el único beneficio para la salud humana. En los últimos 15 años los investigadores vienen estudiando cómo la diversidad biológica puede influir de manera directa en la salud. Uno de los mecanismos que explica esta relación se conoce como el efecto de dilución. El concepto es sencillo: el mantener ecosistemas prístinos y sanos con muchas especies que mantienen las redes ecológicas estables permite que las enfermedades completen sus ciclos naturales dentro de los mismos. El problema radica en que las poblaciones humanas tenemos un impacto desmedido sobre los ecosistemas a través de la deforestación, la quema de bosques, las emisiones de gases invernadero, etc., y este impacto está progresivamente reduciendo la capacidad del ecosistema de amortiguar dichas enfermedades. En estos casos existe una mayor probabilidad de que surjan brotes de enfermedades en las poblaciones humanas adyacentes a las zonas que han sido altamentemente impactadas.

Las enfermedades y parásitos son parte natural de los ecosistemas y controlan a las poblaciones de animales dentro de los mismos. Sin embargo, cuando los humanos intervenimos en dichos ecosistemas, rompemos los ciclos naturales y en muchos casos mermamos las poblaciones naturales de los animales que ahí habitan, especialmente de mamíferos. De esta manera se rompe el equilibrio de las enfermedades. Por ejemplo, se ha demostrado que no todas las especies responden de la misma forma a los parásitos. Durante muchos años el Dr. Ostefeld del Cary Institute of Ecosystem Studies ha estudiado a la enfermedad de Lyme en Norteamérica, y ha encontrado la forma en que responden las diferentes especies de mamíferos en esta región a la infección por garrapatas portadoras de esta enfermedad. La enfermedad de Lyme afecta a una gran cantidad de mamíferos entre los que podemos citar ratones, venados y tlacuaches. Resulta que, aunque en proporción los tlacuaches pueden acarrear muchas más garrapatas que los ratones, son muy buenos para quitárselas cuando se acicalan, mientras que los ratones no lo pueden hacer. Cuando los tlacuaches matan a las garrapatas cortan el ciclo de infección de la enfermedad y de esta forma se reduce el número de animales infectados dentro de este ecosistema. Al alterar los ecosistemas naturales, estamos rompiendo dicho equilibrio. Por ejemplo, en las zonas con altos niveles de perturbación los ratones son mucho más abundantes que en las zonas conservadas puesto que prefieren lugares más abiertos. Precisamente esto es el efecto de dilución: es el modelo experimental que establece que en las zonas con mayor impacto por las actividades humanas, al reducirse las poblaciones de reservorios, los que son capaces de sobrevivir o incluso de verse beneficiados tendrán prevalencias mucho más altas de enfermedades. Un reservorio es todo individuo capaz de portar una enfermedad, y la prevalencia se refiere al porcentaje de miembros de una población que están infectados con una enfermedad. Al tener una prevalencia más alta de la enfermedad, los vectores, que son los animales que transmiten la enfermedad de un individuo a otro, tienen una mayor probabilidad de ser infectados. Esto aumenta también la probabilidad de que un humano llegue a adquirir la enfermedad.

Al recorrer el Río Lacantún en lancha podemos observar las diferencias en la vegetación entre las dos orillas. A la izquierda, la vegetación es dispersa del municipio Marqués de Comillas. A la derecha, la vegetación en la Reserva de la Biósfera de Montes Azules es abundante y rica en especies. Foto por Maripaula Valdés Bérriz

Al recorrer el Río Lacantún en lancha podemos observar las diferencias en la vegetación entre las dos orillas. A la izquierda, la vegetación es dispersa del municipio Marqués de Comillas. A la derecha, la vegetación en la Reserva de la Biósfera de Montes Azules es abundante y rica en especies. Foto por Maripaula Valdés Bérriz

Por medio de nuestro trabajo de investigación en el Laboratorio de Ecología y Conservación de Vertebrados Terrestres queremos entender este fenómeno. Es así que estamos poniendo a prueba la hipótesis del efecto de dilución en la región de la Selva Lacandona, Chiapas. El municipio de Marqués de Comillas colinda con la Reserva de la Biósfera de Montes Azules y en los últimos 20 años ha sufrido un fuerte impacto producto de la ganadería y los monocultivos. En el área fuera de la reserva quedan algunos fragmentos de bosque aislados dentro de una matriz mixta de tierras para cultivo y ganadería. Es precisamente en esta zona que nuestro proyecto pone a prueba el efecto de dilución con dos enfermedades de gran importancia en términos de personas infectadas en la región tropical: la Leishmaniasis o úlcera del chiclero y la Trypanosomiasis o mal de Chagas. Nuestro trabajo está explorando cómo es que la fragmentación y el aislamiento de los parches de bosque afectan la prevalencia de estas enfermedades en los murciélagos con respecto a las condiciones prístinas de la reserva de la biósfera. Cabe aclarar que los murciélagos no son vectores de la enfermedad, por lo cual el contacto con los mismos no es capaz de transmitir la enfermedad a los humanos. Nuestro trabajo busca probar cómo el aislamiento y el tipo de paisaje en el que se encuentran inmersos los pequeños fragmentos de bosque influye en el ciclo de la enfermedad. Dada la carencia de más reservorios en los fragmentos, se espera una prevalencia mayor de ambas enfermedades en comparación con los porcentages obtenidos en el bosque.

Carollia sowelli es una de las especies de murciélago representadas en este estudio. Foto por Maripaula Valdés Bérriz

Carollia sowelli es una de las especies de murciélago representadas en este estudio. Foto por Maripaula Valdés Bérriz

El estudio de este tipo de relaciones es relevante y va más allá de la conservación de zonas protegidas, ya que busca contribuir a entender más sobre los servicios ecosistémicos que muchas veces pasamos por alto. Las implicaciones epidemiológicas de la degradación ambiental han sido poco estudiadas, y es cada vez más importante informar sobre los efectos y beneficios que tiene la conservación de los ecosistemas. Con esta evidencia, podremos ver que la conservación de nuestros bosques es un asunto que va más allá de la belleza escénica de los paisajes naturales que tanto nos cautivan.