Cuddling with multiple devices

En los últimos años, con la creciente oferta (y demanda) de computadoras portátiles, o laptop, y su arribo a las aulas universitarias, como una herramienta más para obtener un mejor aprendizaje, se han venido realizando investigaciones que pretenden calcular sus ventajas, o desventajas, para los estudiantes que emplean esta tecnología.

En general, los estudios se habían limitado a cuestiones generales, como las consecuencias que tiene dedicarse a varias tareas (multitasking), o simplemente distraerse por el uso de computadoras durante las horas de estudio; o bien, para conocer sus beneficios didácticos. Así, se ha encontrado que las computadoras portátiles permiten que los estudiantes participen en actividades en línea, que colaboren con sus compañeros, complementen la información en internet y mejoren su eficiencia, al tomar notas con mayor rapidez.

Curiosamente, no se había cuestionado un asunto central: su influencia en el propio aprendizaje. Y probablemente la razón ha sido que suele pensarse que las computadoras portátiles aumentan el desempeño académico en el aula, porque permiten a los usuarios tomar notas con mayor rapidez que los estudiantes que las escriben a mano, incrementando la cantidad de información que un estudiante registra… cuando menos en su laptop. Y es que, desde el punto de vista inspirado en la cultura occidental, “más es mejor”.

Cindi May, profesora de psicología en el Colegio de Charleston, describió en Scientific American una investigación, realizada por Pam Mueller, de Princeton, y Daniel Oppenheimer, de UCLA, que demostró que los estudiantes que se valen de una computadora portátil para tomar notas, en realidad aprenden menos que aquellos que escriben sus notas en papel.

Durante su estudio, todas las computadoras fueron desconectadas de internet, para eliminar distracciones derivadas del correo electrónico, los chats, o cualquier interrupción que alterara los procesos cognitivos de los estudiantes, influyendo en su aprendizaje.

Luego, y a lo largo de tres experimentos, se pidió a un grupo de estudiantes que tomara notas durante una clase. La mitad debía hacerlo en una laptop, y la otra mitad las escribiría a mano. Posteriormente, todos realizaron pruebas sobre los detalles mencionados, su comprensión conceptual de la información y su habilidad para sintetizarla y generalizarla.

Como han sugerido otros estudios, los universitarios que utilizaron las computadoras tomaron más notas. Pero fueron aquellos que escribieron a mano quienes demostraron comprender mejor los conceptos, y tener más éxito al integrar y aplicar la información.

Este resultado hizo sospechar a los científicos que la diferencia radicaba en la forma como se procesa cognitivamente la información. Por una parte, los estudiantes que escriben directamente en la laptop generalmente lo hacen de manera casi literal, trascribiendo cada palabra expresada por el profesor. Por el contrario, escribir a mano es un proceso más lento, que requiere mayor atención. Además, como resulta imposible transcribir cada sílaba, es necesario escuchar, entender y resumir, de manera que pueda capturarse, en pocas palabras, la esencia de la información.

Cuando, más adelante, los investigadores evaluaron el contenido de las notas tomadas a mano, frente a aquellas escritas en computadora, encontraron consistentemente que los universitarios que utilizaron laptop habían escrito transcripciones más literales, en comparación con quienes usaron pluma y papel.

Es posible, señala May, que al sólo mecanografiar, los estudiantes simplemente produzcan un registro escrito de la clase o cátedra, sin procesar su significado, pues –como sabe cualquiera que haya mecanografiado durante varias horas– la velocidad permite transcribir palabra por palabra, sin dedicar mucha atención al contenido. Esta literalidad fue probablemente la causa de que hubiera menos retención de la información transcrita, porque se trata de una acción más automática, que no implica análisis ni síntesis por parte del cerebro, y que no da como resultado una comprensión profunda, ni mucho menos la capacidad de aplicar la información registrada.

En contraste, tomar notas a mano obliga al cerebro a participar en un proceso de selección mental; un filtro activo que promueve la comprensión y la retención.

Con el propósito de comprobar si la ventaja de anotar a mano se debe a estos procesos conceptuales, en el siguiente experimento el equipo instruyó a los usuarios de computadora para que, en lugar de meras transcripciones de las clases, escribieran resúmenes, pensando sobre la información que escuchaban y anotándola con sus propias palabras. No obstante, los estudiantes con laptop presentaron igual nivel de contenido literal, y –evidentemente– no mejoró su capacidad para sintetizar el material, posiblemente porque resulta difícil desligarse de estos procesos automáticos en una actividad como la escritura.

Otro supuesto que los investigadores pusieron a prueba fue que, a pesar de que los estudiantes que toman apuntes en computadora no capten mucho durante la clase, lo que les resta ventaja en una evaluación inmediata, puedan sin embargo utilizar la información adicional que escribieron para tener más éxito en evaluaciones posteriores. Así, indicaron a todos los participantes que presentarían un examen una semana después. Y aunque todos tuvieron la oportunidad de estudiar sus notas antes de la evaluación, fueron de nuevo aquellos que tomaron notas a mano quienes superaron a los participantes con laptop. Tal vez este resultado particular se deba, en opinión de May, a que las notas a mano, que contienen las propias palabras y estilo de los estudiantes, sirvan como claves de memoria para recrear tanto el contexto (que incluye desde conclusiones hasta emociones), como el contenido de la sesión de aprendizaje original.

En resumen, los resultados de estos experimentos no significan que la tecnología toda, o por sí misma, sea negativa para los procesos cognitivos. Por el contrario, ésta nos ha procurado herramientas que permiten ampliar la experiencia educativa. Lo que sí implica es que debe tenerse una clara noción de aprendizaje, no como la acumulación de más información en menos tiempo, sino como un proceso que representa abstraer y sintetizar nuevos conocimientos, crear inferencias, descubrir conexiones, evaluar las evidencias y aplicar los conceptos aprendidos a nuevas situaciones.

Verónica Guerrero

paradigmaxxi@yahoo.com

Información adicional:

Note-Taking With Computers: Exploring Alternative Strategies for Improved Recall

Levels of Processing: A Framework for Memory Research

Imagen: Cuddling with multiple devices By adactio (en flickr)

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