Texto de: Emiliano Romero Rodríguez

Alrededor nuestro, un océano de criaturas extraordinarias sigue su viaje por el tiempo. La vida prolifera en infinidad de formas, tamaños, colores y capacidades que superan lo que cualquier mente puede imaginar. Todo el día y toda la noche, desde el fondo marino hasta las estepas del Tíbet, ellas revolotean, consumen, transforman e intentan permanecer. Dentro del aparente desorden de la implacable actividad, existen estados de armonía que contemplamos como el paisaje más bello.

El paisaje natural es una obra de arte por sí mismo. Tan afortunados somos que no sólo podemos disfrutarlo, sino que lo perpetuamos a través de fotografías y un sinnúmero de creaciones inspiradas en lo que nos rodea. Muchos podrán coincidir en que sólo en estos sitios, el cuerpo y la cabeza descansan como nunca. Hemos construido nuestro propio hábitat de muros y circuitos, y nos hemos distanciado tanto de estos sitios que los concebimos como otra versión del mundo. La realidad es que no existe tal distinción; el mundo es uno solo y somos parte de la gran comunidad de seres que lo componen.

Aunque hemos fragmentado el área de distribución de muchas especies, las ciudades como la nuestra siguen siendo el hogar de miles, incluyendo grandes mamíferos y otros vertebrados. Tan solo en la imponente Ciudad de México, tenemos a todos los grupos de vertebrados representados: 137 especies de aves que anidan en sitios como la REPSA, el lago de Xochimilco o los humedales de Tláhuac, y 213 que nos visitan estacionalmente; 39 especies de reptiles, 18 de anfibios, 83 de mamíferos y 22 de peces, además de la enorme diversidad de invertebrados que incluye cientos de especies de artrópodos (muchos polinizadores), moluscos y helmintos que habitan en el suelo. Además, la flora de la ciudad comprende más de 1,600 especies, sumando un total de casi cuatro mil especies (animales y vegetales) que viven entre nosotros (SEDEMA, 2015).

Poder ver tales criaturas es invaluable y, hasta donde sabemos, único en el universo. Para nuestra fortuna, si volteamos la vista del monitor a la ventana, podemos asombrarnos con el carmesí del mosquero cardenalito, el arcoíris en la piel de la lagartija espinosa, los lienzos azules de la mariposa bufón y las emplumadas branquias del ajolote, y por la noche la estela anillada del fugaz cacomixtle y la silueta de los murciélagos con el espacio de fondo. A veces más cerca que otras, estos ejemplares siempre están ahí, incluso en el lugar más urbanizado del planeta, buscando refugio, alimento, pareja… buscando sobrevivir.

Mapache boreal (Procyon lotor), Reserva de la Biosfera Ría Celestún, Yucatán. Foto: Emiliano R. R.

Por su lado, nuestro camino ya ha obstaculizado el del resto de las formas de vida, terminado con algunas y comprometido el de otras. El estado de las poblaciones silvestres depende del bienestar de cada individuo. Si sentimos empatía por una mascota, no debería ser difícil trasladar el sentimiento hacia otras vidas fuera de nuestro techo. Intercambiar miradas con otro animal es una oportunidad de percibir sensaciones distintas a lo que estamos acostumbrados. Al ver sus ojos podemos entender que hay otros tipos de conciencia coexistiendo y que no conocemos del todo porque no terminamos de entender la nuestra. Mientras tanto, no podemos perder el privilegio de seguir conviviendo con estas criaturas.

Si somos capaces de describir la dinámica en el planeta y explorar las galaxias vecinas, confío en que podemos reconocer y conservar lo más valioso: la vida, en todas sus extravagantes formas. Como biólogo mexicano, nada me causa más admiración que la diversidad que revolotea en este sitio, único en el universo; y ninguna hazaña, cualidad o tecnología me sorprenderá más que aquél que logre vivir en armonía con estas hermosas criaturas.

Camaleón de montaña (Phrynosoma orbiculare cortezii), Norte de Oaxaca. Foto: Emiliano R. R.

Referencias

Blazquez, T. (2020). Fauna de la Ciudad de México. Nexos https://medioambiente.nexos.com.mx/?p=740

Secretaría del Medio Ambiente. (2015). Biodiversidad CDMX. http://data.sedema.cdmx.gob.mx/biodiversidadcdmx/fauna.html