Texto por Daniela Cafaggi

Los tlacuaches son animales altamente tolerantes a las modificaciones antropogénicas, por lo que en algunas zonas de la ciudad es posible verlos merodeando por la noche. Hoy en a cada vez es más frecuente encontrar crías de tlacuache huérfanas. Esto sucede porque, al ser de hábitos arborícolas, son lentos y torpes cuando caminan por el suelo, por lo que son presa fácil de perros y gatos y pueden ser atropellados. Afortunadamente, hay personas que ayudan a estas criaturas cuando las ven en peligro. Por ejemplo, hace unos meses un pequeño tlacuache fue rescatado de la boca de un perro, cuyo dueño buscó atención veterinaria inmediatamente. Así fue como la cría llegó, con apenas 10 cm de largo, a las manos de la Dra. Ivonne Cassaigne, quien es veterinaria integrante del Laboratorio de Ecología y Conservación de Vertebrados Terrestres (LECVT). Con la finalidad de reintroducirlo a su medio ambiente, varios integrantes del LECVT ayudamos a la crianza del pequeño.  

Hay que recordar que los tlacuaches (del huatl tlacuatzin que significa “el pequeño que come fuego”), también conocidos como zarigüeyas, son mamíferos marsupiales. En México contamos con ocho especies de marsupiales, sin embargo, el más conocido y fácil de observar es el tlacuache común (Didelphis virginiana), especie a la que pertenecía la cría rescatada. Las hembras de estos animalitos tienen un periodo de gestación de entre 11 y 13 días, lo cual es muy corto si se compara con otros mamíferos no marsupiales. Debido a esto, cuando las crías nacen aún no están completamente desarrolladas: miden 2 cm y pesan apenas 20gademás de carecer de pelo. Las hembras se caracterizan por tener una bolsa bajo el vientre llamada marsupio (como los canguros). Al nacer las crías se mueven de la vagina de su madre al marsupioen donde se adhieren al pezón para alimentarse de leche y terminar su desarrollo. Dentro de este marsupio las hembras cuentan con 13 pezones por lo que, aunque son capaces de dar a luz hasta 21 crías, sólo pueden sobrevivir un ximo de 13. 

Madre tlacuache cargando con sus crías. Fotografía tomada de: http://kbmdc.org/possum-traps/

La Dra. Ivonne es especialista en el manejo de fauna silvestre, por lo que cuando vio a la pequeña cría, supo que debía tener entre 60 y 70 as de nacida, pues ya estaba completamente cubierta de pelo corto y obscuro, y sus ojos se encontraban totalmente abiertos. Las crías de tlacuache dependen de su madre, entre otras cosas, para protegerse del frío porque cuando son pequeñas no son capaces de regular su temperatura corporal. Por ello, Ivonne colocó inmediatamente al pequeño en una caja de cartón con tela. La caja también puede ser rellenada de tiras de periódico, y si es posible, puede colocarse debajo de un foco de luz cálida para mantenerla a una temperatura aproximada de 36°C. 

Cría rescatada disfrutando de su nuevo hogar. Fotografía tomada por Ivonne Cassaigne.

Aunque los manuales para el rescate de estos animalitos recomiendan que se debe intentar manipular lo menos posible a las crías, uno de sus comportamientos más característicos es subirse sobre el lomo de su madre (en este caso, de Ivonne). Ella comenta que al principio al animalito no le gustaba estar solo y que le encantaba acurrucarse en su regazo y trepar hasta sus hombros o cabeza mientras ella trabajaba, a lo que, por supuesto, ella nunca pudo resistirse. Después de un tiempo, conforme el tlacuache fue creciendo, comenzó a ser más independiente, a dormir más durante el día y poco a poco dejó de subirse en ella. 

Cría de tlacuache acurrucada en el regazo de su madre adoptiva. Fotografía tomada por Ivone Cassaigne.

Los tlacuaches son animales omnívoros, esto quiere decir que en vida libre se alimentan de pequeños vertebrados, frutas, semillas, invertebrados y carroña.  Para su crianza en cautiverio se aconseja variar la dieta y adecuarla a la edad de la cría. En este caso, como el animal ya tenía dientes, Ivonne lo alimentó con papilla de fruta para bebé, leche deslactosada y diluida y fruta machacada con pedazos de tenebrios (también llamados gusanos de la harina. Son larvas de escarabajos que se crían para alimentar a diversos animales debido a su alto contenido de proteína y grasas). Ya que las crías tienen un metabolismo muy rápido, es necesario alimentarlas cada dos horas, y, conforme vayan creciendo, disminuir la frecuencia. A las dos semanas de que fue rescatado, Ivonne comenzó a darle pedazos de fruta, huevo cocido y tenebrios completos y vivos. Poco a poco se fue incorporando a su dieta comida para gato en lata, pollo desmenuzado, carne molida, calcio en suspensión (puede sustituirse por cáscaras de huevo), diferentes verduras y croquetas de perro. También se le pueden dar lombrices de tierra y grillos. 

Disfrutando de un rico desayuno de croquetas para perro revueltas con un poco de comida para gato enlatada. Para verlo en acción, visita https://www.youtube.com/watch?v=Ue6EXBrLins. Fotografía y video por Daniela Cafaggi.

Después de unas semanas el tlacuache ya era lo suficientemente grande e independiente para mudarse de casa. El animal fue rescatado en la zona límite de la Cuidad de México con el Estado de Morelos. Sin embargo, la distribución y el hábitat de la especie (D. virginiana) corresponden con el bitat de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (ubicada al suroeste de la Ciudad de México, dentro de Ciudad Universitaria), por lo que se decidió que ahí se haría la reintroducción. Para esto, el primer paso fue construir su refugio. El lugar elegido fue el jardín del Instituto de Ecología, pues se encuentra a un costado de la reserva. 

 

Los estudiantes del LECVT nos juntamos para diseñar y armar el nuevo hogar del pequeño tlacuache. Montamos una jaula tipo corral de aproximadamente metro y medio de largo por 60 cm de ancho. Dentro de la jaula colocamos la caja de cartón donde el tlacuache dormía, pues este es el sitio que él consideraba como su “madriguera”. También colocamos un recipiente para la comida, otro para el agua y una letrina. Algunos manuales recomiendan agregar troncos para escalar y presas vivas para que aprendan a cazar a manera de enriquecimiento ambiental. Tapamos la jaula con un cartón y un toldo para proteger al tlacuache de la lluvia y con la intención de que dentro estuviera obscuro para mantener sus hábitos nocturnos. Diariamente nos encargamos de darle de comer, limpiar su jaula y sacarlo por la tarde para que fuera familiarizándose con su entorno. Esta rutina la realizamos durante una semana y posteriormente le dejamos la puerta abierta por la noche. Ese fue el último día que lo vimos, pero gracias a sus excretas y a que seguía despareciendo la comida que dejábamos en su jaula pensamos que el tlacuache estuvo cerca del Instituto unos cuantos as. Este proceso de adaptación al sitio de liberación con comida disponible es lo que se le conoce como liberaciósuave” (soft release).  

Una de nuestras preocupaciones era que, al ser criado en cautiverio, el tlacuache hubiera perdido el miedo a las personas, especialmente porque fue liberado en un lugar rodeado de poblaciones humanas. Sin embargo, anteriormente se ha reportado que, a pesar de que esto es común, los animales se van desligando a medida que alcanzan la madurez sexual, entre los 6 y 8 meses de edad.

Nuevo hogar construido por los integrantes del LECVT. Fotografía tomada por Daniela Cafaggi.

Aunque actualmente la especie D. virginiana no se encuentra bajo ninguna categoría de amenaza, los tlacuaches enfrentan grandes riesgos. La deforestación y fragmentación de su bitat, la construcción de carreteras y la fauna feral (animales domésticos que han sido liberados al medio silvestre, adoptando comportamientos agresivos) ponen en riesgo a sus poblaciones. Además, la intolerancia e ignorancia de los humanos también los afecta. Algunas personas los confunden con ratas debido a su apariencia, piensan que son sucios o que son agresivos y los matan. La mejor manera de combatir esto es a través de la difusión de información verídica. En los ecosistemas en donde viven, los tlacuaches son dispersores de semillas y controlan poblaciones de roedores e insectos. Como cualquier otra especie, su presencia en el medio ambiente ayuda al buen funcionamiento de los ecosistemas, por lo que es importante cuidar de ellos. Recuerda que los tlacuaches son animales nativos de nuestra ciudad y que su presencia es importante para mantener sanos los ecosistemas. 

 

Qué hacer si encuentras a un tlacuache:

  • No lo alimentes.
  • No lo molestes ni intentes agarrarlo. Aunque son animales inofensivos, puede lastimarte si se sienten amenazados.
  • Recuerda que son animales nocturnos. Si encuentras uno durante el día puede que esté atrapado, herido o enfermo, por lo que es mejor no manipularlo. Intenta buscar ayuda profesional con un veterinario local.
  • Si por alguna razón el personal capacitado no puede llegar a donde está el animal, puedes intentar ayudarlo. Debes acercarte lentamente para no asustarlo y, con guantes gruesos de carnaza tomarlo firmemente por la cola para levantarlo. Puedes ponerlo en una caja de cartón o en una jaula transportadora para perros y llevarlo a un centro veterinario (una buena opción es la Facultad de Veterinaria de la UNAM) para que un especialista lo revise.

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=Ue6EXBrLins