Texto por Marco Reyes

¿Quién de niño no llegó a soñar con conocer esos dragones de los cuentos y las películas? Aquellos seres mitológicos, que escupían fuego, imponían respeto, generaban admiración e incluso miedo. Estas criaturas, han inspirado mitos y leyendas en varias culturas alrededor del planeta, ya sea como malvados destructores, devora hombres o como símbolos de sabiduría y buena suerte.

No hay que situar a los dragones exclusivamente en la Europa medieval o en los bosques de China. En las montañas boscosas de México, escondidos principalmente en bromelias y orquídeas, sobre los árboles, se encuentran unos lagartos muy peculiares. Se trata de las abronias o mejor conocidos como dragones o dragoncitos mexicanos. Reciben su nombre común por lo ancho y aplanado de su cabeza, por las escamas gruesas de su piel y por su larga cola. Características semejantes a las de los dragones mitológicos, aunque de un tamaño mucho menor.

Nuestro país es el segundo con mayor diversidad de reptiles con aproximadamente 864 especies, de las cuales 493 son endémicas, es decir, no se encuentran en ningún otro lugar del mundo. Australia ocupa el primer lugar con 986 especies. Dentro de esta diversidad, está el grupo de los dragoncitos que incluye a los géneros Abronia y Barisia. Estás lagartijas se distribuyen desde el sur de Tamaulipas hasta el sur del país. México cuenta con 19 de las 29 especies conocidas de Abronia y con las 4 de Barisia. Todas las especies de Barisia y 17 de las 19 de Abronia son endémicas.

Comparación del número de especies no endémicas y endémicas de México. El número de tortugas, lagartos, anfisbaenidos y serpientes mostrado son de especies endémicas.

Los dragoncitos de ambos géneros tienen coloraciones muy llamativas, por ejemplo: amarillo brillante con negro, gris con negro, verde esmeralda, naranja-rojizo, entre otras. A pesar de su apacible carácter y ser inofensivas, en muchas partes del país se les considera como animales venenosos y muy peligrosos. Incluso en algunos lugares los llaman “escorpiones”, y los matan al verlos. Por otro lado, en las últimas décadas, estos reptiles han cobrado popularidad en el mercado nacional e internacional como mascotas.  Con base en los decomisos que ha podido realizar PROFEPA (Procuraduría Federal de Protección al Ambiente), se estima que cada año se extraen ilegalmente decenas de estos animales. Gran parte de estos animales terminan en lugares como Alemania, Japón y Estados Unidos. Por ejemplo, en el año 2014 las autoridades alemanas decomisaron diferentes especies de reptiles, entre ellos lagartos abronias, que transportaba un mexicano (Decomiso en Alemania).

Otras amenazas a la supervivencia de la diversidad de dragoncitos son: el cambio de uso de suelo y el cambio climático. Debido a que el hábitat de la mayoría de estas especies es muy específico y, si lo pierden, es difícil que se desplacen a otro lugar por su baja movilidad. Asimismo, requieren condiciones de alta humedad y temperaturas bajas. Actualmente la gran mayoría de las especies de Abronia y Barisia, se encuentran en NOM-059-SEMARNAT-2010 bajo alguna categoría de riesgo: siete especies se encuentran catalogadas En Peligro de Extinción, siete como Amenazadas y cuatro en Protección Especial.

Una representante del género Abronia sobre un árbol. Foto por Vania Olmos

Por lo tanto, recae sobre los hombros de todos los mexicanos el deber de proteger estos increíbles animales, conocerlos, apreciarlos y respetarlos. Todos podemos cooperar para ayudar a su conservación, denunciando ante PROFEPA  la venta ilegal de ejemplares de estos géneros. También ayudamos al no adquirir estas lagartijas como mascotas, al no matarlas cuando las veamos y al apoyar organizaciones como Vida Silvestre Coatl A.C., que se dedican a su estudio y protección.

De lo contrario, dentro de poco tiempo perderemos a los dragoncitos, uno de los tesoros mexicanos más enigmáticos y raros. Entonces ya no podremos decir que México también es tierra de dragones.