Europa, una de las lunas de Júpiter, está llena de agua. Aunque sea un cuerpo rocoso, está envuelto por una gruesa capa de agua – parte congelada, formando una corteza de hielo, parte acumulada en lagos a poca profundidad bajo la superficie o en charcas de aguanieve, y grandes cantidades ocultas en un profundo océano subterráneo.

Aunque todavía no se sabe exactamente cómo se formaron algunas de sus estructuras fotografiadas por la sonda Galileo de la NASA, en el caso de Europa los científicos tienen varias teorías. Una hipótesis sugiere que son el resultado del impacto de objetos a gran velocidad, que habrían perforado la frágil corteza de la luna. Como Europa tiene una capa de fluido bajo su superficie, los fragmentos se podrían mover con facilidad y congelarse de nuevo en una configuración diferente, creando una textura fracturada con grandes cicatrices talladas en las planicies de hielo. Otra teoría apunta al complejo sistema de lagos que se encuentra a poca profundidad bajo la superficie de Europa. Estas masas de agua estarían deformando la superficie desde abajo, generando esfuerzos que fracturarían las finas capas de hielo que las cubren.

Aunque los astrónomos ya hayan estudiado esta luna minuciosamente, la única forma de confirmar la estructura y la composición de Europa es analizar su corteza e interior con una sonda espacial. La misión de la ESA JUICE (siglas en inglés de ‘Explorador de las Lunas de Hielo de Júpiter’) ha sido diseñada precisamente para llevar a cabo este estudio cuando llegue al sistema joviano en el año 2030. Además de observar al propio Júpiter, JUICE explorará y caracterizará tres de sus lunas que podrían albergar vida: Ganimedes, Europa y Calisto. Su lanzamiento está previsto para el año 2022.

Fuente: Agencia Espacial Europea

Boletín original: http://www.esa.int/esl/ESA_in_your_country/Spain/Caos_en_un_mundo_de_agua