Científicos del Instituto de Investigación Biomédica (IRB) y del Instituto de Biología Molecular del CSIC, en Barcelona, así como investigadores de la Universidad de Wageningen, en Holanda, explican, en la revista Cell, el misterio de cómo unas hormonas de plantas, las auxinas, mediante diversos factores de transcripción de genes, acaban activando multitud de funciones vitales de las plantas.

Las auxinas son hormonas de las plantas que controlan su crecimiento y desarrollo, es decir, determinan cómo será su tamaño y arquitectura. Entre otras funciones favorecen el crecimiento celular, la iniciación de la raíz, la floración y la caída de la flor o el crecimiento, desarrollo y ralentización de la caída del fruto. Las auxinas tienen aplicaciones prácticas, se emplean en agricultura para producir frutos sin semillas, evitar la caída del fruto, promover el enraizamiento o como herbicidas. Otras aplicaciones en estudio son biomédicas, como moléculas antitumorales y para facilitar la reprogramación de células somáticas (las que forman los tejidos) en células madre.

El efecto de la auxina en las plantas ya fue observado por Darwin en 1881 y, desde entonces, ha sido objeto de numerosos estudios. Sin embargo, a pesar de que se conocía cómo y dónde se sintetiza en la planta, cómo se transporta y sobre qué receptores actúa, no se entendía cómo una hormona era capaz de desencadenar procesos tan diversos.

Fuente: IRB
Boletín original: http://www.irbbarcelona.org/index.php/es/news/irb-news/scientific/scientists-discover-a-molecular-mechanism-that-controls-plant-growth-and-development