Un estudio encabezado por biólogos de la Universidad de Caen, Francia, y publicado en la revista especializada “Food and Chemical Toxicology” de septiembre de 2012, presenta resultados que podrían evidenciar que el consumo del maíz genéticamente modificado de la transnacional Monsanto, el NK603, genera tumores y disfunciones hepáticas y renales en ratones que lo consumieron durante al menos dos años, además de achicar sustancialmente la esperanza de vida de los roedores. Este trabajo científico es el primero que viene a denunciar los efectos tardíos del consumo de transgénicos en la salud de animales.

Sobre una muestra experimental de 200 ratones, los investigadores observaron durante dos años los efectos de un régimen alimentario compuesto de tres dosis diferentes del maíz mencionado (11, 22 y 33%), cultivado o no con ayuda del herbícida Round-up, el desarrollo de padecimientos patológicos específicos, provocando la muerte prematura de los roedores muestras, en un 50 y 70% de los casos. Además, los científicos sugieren que los efectos observados no son proporcionales a las dosis de transgénicos administrados, sino más bien a la combinación del grano modificado, con los tratamientos de Round-up. Según los autores, este herbicida podría comportarse como ente perturbador endocrino.

No obstante la publicación de este estudio en una revista científica reconocida, y ante los grandes intereses que rodean la temática desde hace años, los cuestionamientos metodológicos del trabajo no se hicieron esperar, empezando por el tamaño de la muestra, así como la especie de ratones que se usó para llevar a cabo el trabajo. El debate entre detractores y partidarios de los organismos genéticamente modificados, sigue abierto. Y mientras tanto, varios países han encargado nuevas investigaciones para profundizar estos resultados y poder tomar las medidas más idóneas de cara a evidencias científicas.

Artículo original:  S0278691512005637