Texto por Andrea Valdés

El mes pasado me dirigí a la Reserva de Chamela en el estado de Jalisco en busca de una colonia de murciélagos para comenzar un estudio sobre su comunicación social. Aunque ese fue mi propósito, también aproveché mi visita esperando encontrarme a un reptil que me parece  fascinante, el escorpión, lagarto enchaquirado o lagarto de cuentas (Heloderma horridum). Esta lagartija tan singular que pareciera una obra de arte huichol, se distribuye a lo largo de la vertiente del Océano Pacífico, desde el sur de Sonora en México, hasta Guatemala en el Valle de Motagua.

En México, Chamela es uno de esos pocos lugares donde se le puede encontrar, pues actualmente sus poblaciones son muy reducidas. Además, sus hábitos los hacen organismos difíciles de observar en su medio natural, ya que se encuentran activos preferentemente a la hora del alba u ocaso y salen muy poco tiempo de su guarida.

Heloderma horridum o lagarto enchaquirado mide generalmente 50 centímetros de longitud aunque puede alcanzar hasta un metro. Imagen tomada de Steve Angeli ©2011

Heloderma horridum o lagarto enchaquirado mide generalmente 50 centímetros de longitud aunque puede alcanzar hasta un metro. Imagen tomada de Steve Angeli ©2011

Por su peculiar aspecto y conducta poco conocida, el lagarto enchaquirado ha sido objeto de toda clase de mitos y supersticiones, visto con miedo e incluso con asco. Un aspecto importante que ha contribuido a estos prejuicios, es que el género Heloderma incluye a las cinco  únicas especies de lagartos venenosos, Heloderma horridum, H. exasperatum, H. horridum, H. alvarezi y H. suspectum (monstruo de Gila). De manera que en las distintas regiones de su distribución, estos lagartos son temidos por los habitantes locales.

De acuerdo a un mito generalizado, estas lagartijas se mueven con gran agilidad y pican con su cola inyectando un veneno muy potente. Se dice que es capaz de envenenar hasta las sombras de las personas, por lo cual también son muy conocidas como «escorpión». También  mucha gente asegura que al tocarlas pueden explotar, o que su aliento hace sentir a las personas mareadas y desorientadas.

Muy lejos de estas supersticiones, estos lagartos no son muy ágiles y se mueven muy lentamente, por lo que muchos les han llamado “iguana tonta” o “iguana mensa”. Además, el aparato venenoso del género Heloderma no se encuentra en la cola, como muchos piensan, sino que consiste en glándulas salivales modificadas y situadas a un lado de la mandíbula inferior. Tienen los dientes acanalados para que  el veneno escurra  por las heridas de la mordida y no inyectado como muchos creen. Al alimentarse principalmente de huevos de otros vertebrados y de presas pequeñas, rara vez envenena a la presa. La función más importante del veneno de Heloderma  no es la alimentación como es el caso de las serpientes. Por el contrario, su uso principal es como mecanismo de defensa, por lo cual su veneno se compone de varias  toxinas útiles para este fin. El mecanismo de acción de este veneno no consiste precisamente en matar, sino en tomar el control fisiológico de sus víctimas causando dolor, asfixia, parálisis, hipotermia, entre otras afectaciones. Y por si esto fuera poco, muchas  veces  la víctima sobrevive con el fin de que recuerde la terrible experiencia.

Estos individuos de la especie Heloderma horridum fotografiados en la Reserva de Chamela . Foto por Carlos J. Balderas-Valdivia

Estos individuos de la especie Heloderma horridum fotografiados en la Reserva de Chamela . Foto por Carlos J. Balderas-Valdivia

Investigaciones recientes, han permitido desmentir los mitos e incluso reconocer la gran importancia de estos organismos desde diferentes perspectivas, principalmente en el campo de la medicina. Actualmente se han aislado 134 toxinas distintas de las cuales aproximadamente 10 son exclusivas del género Heloderma, estas cumplen con funciones muy específicas y la mayoría tienen una aplicación en la ecología, fisiología  y en la medicina.

Un ejemplo de estas sustancias y una de las que más han llamado la atención por su efecto, es la toxina llamada Gilatida. Llamada así por haber sido extraída del “monstruo de Gila” (H. suspectum). Dicha toxina es la encargada de mejorar la memoria de la víctima, de manera que no olvide  lo ocurrido y por lo tanto sirva como futura advertencia.  La Gilatida está siendo estudiada para su posible uso en el tratamiento de desórdenes de la memoria como el Alzheimer.

Otro ejemplo es la Exendin-3 y Exendin-4 extraídas de H. horridum y H. suspectum respectivamente. Estas toxinas preparan al organismo para recibir, procesar y almacenar nutrientes. Exendin-4 se ha probado efectiva para el tratamiento de la diabetes tipo II y ya se vende como medicamento.

El veneno no se inyecta escurre por la mandíbula inferior hacia la herida provocada por la mordida. Imagen tomada de Hakonsen ©2008

El veneno no se inyecta escurre por la mandíbula inferior hacia la herida provocada por la mordida. Imagen tomada de Hakonsen ©2008

A pesar de los múltiples beneficios que estos lagartos aportan, tanto el lagarto de cuentas (Heloderma spp), como el monstruo de Gila (Heloderma suspectum) son especies amenazadas. En México se encuentran protegidas por la NOM-059-ECOL-2010-SEMARNAT. Sin embargo, ejemplares de estas especies siguen siendo extraídas de su medio natural para venderlas como mascota. La perdida de hábitat, la mayor amenaza para la especie, es cada vez mayor por el crecimiento de la mancha urbana y otras actividades humanas. Además, hay una eliminación considerable de ejemplares por la cacería y el miedo injustificado que se les tiene, pero es importante recordar que ninguna de las especies del género, representan un peligro importante para el humano.

Con el conocimiento cada vez mayor de la biología de estos lagartos y con los descubrimientos recientes sobre su veneno, debemos de evitar exterminarlos y reconocer su importancia. Especies enigmáticas como el lagarto enchaquirado y sus correlativos, nos muestran nuevamente que nuestro miedo a la biodiversidad es totalmente injustificado y muchas veces perjudicial, y que detrás de este se esconden una gran cantidad de beneficios.

Durante mi viaje encontré la colonia de murciélagos para realizar mi trabajo de investigación pero lamentablemente no pude ver un lagarto enchaquirado. Espero en mis próximas visitas encontrarme con uno.

Información adicional

http://www.helodermahorridum.com/horridium.php

Se agradece el asesoramiento en la información científica para la escritura de esta nota al Dr. Carlos J. Balderas-Valdivia.