Por Leonora Torres Knoop

A principios de 2014 empezó nuestra búsqueda de otros sitios en donde pudiera refugiarse  el murciélago magueyero mexicano (Leptonycteris nivalis) para aparearse (ver En busca de un murciélago). En la actualidad sólo conocemos la Cueva del Diablo en Tepoztlán, Morelos pero las actividades humanas han puesto en peligro este lugar vital para la supervivencia de la especie.

Después de una intensa búsqueda basada en un análisis de modelación del nicho ecológico (MNE) de este murciélago y un análisis de similitud ambiental entre la Cueva del Diablo y el resto de la región, de la visita a cuevas en diferentes partes del centro de México y la captura de los murciélagos que residían en ellas, aún no podemos decir que encontramos otro refugio en donde se aparean los murciélagos magueyeros mexicanos.

 A pesar de que nuestros resultados no han sido lo que esperábamos, sí podemos decir que con este estudio obtuvimos resultados importantes. Logramos identificar una región geográfica en la que esta especie podría refugiarse durante el invierno y que pueden formar pequeñas poblaciones en las cuales incluso podrían estar apareándose (aunque esto último no pudimos corroborarlo).

 Como mencioné, la única cueva que conocemos que funciona como refugio de apareamiento, es la Cueva del Diablo y desgraciadamente se encuentra muy vulnerable debido a la intensa actividad turística de toda la región, el enorme aumento de construcciones de viviendas y la visita incontrolada al interior de la cueva por pobladores de la región. Esto quiere decir que, durante los meses de invierno, las poblaciones de murciélago magueyero mexicano que residen en esta cueva están sujetas a mucha perturbación. Cabe destacar que es durante los meses de invierno cuando estos murciélagos se reproducen.

 Desde que empezó nuestra investigación en dicha cueva, hace aproximadamente 20 años, hemos visto que el tamaño de la población ha disminuido en los últimos años, sin embargo, no podemos saber qué efectos podría tener la pérdida de un refugio de tal importancia para el futuro de la especie. Es por esto que es importante encontrar o identificar otro refugio de apareamiento, ya que contaríamos con más herramientas para la protección de esta especie y quizás disminuiría parte de la enorme presión que existe hoy en día sobre L. nivalis.

Por esta razón, mi estudio tuvo por objetivo hacer un modelo del nicho ecológico (MNE) de los refugios de apareamiento de L. nivalis que prediga las zonas potenciales en las cuales podemos encontrar a este murciélago, y un análisis de distancias ecológicas, es decir, un análisis que me diga qué regiones geográficas son las más parecidas (ambientalmente hablando) a la Cueva del Diablo. Con los resultados obtenidos, obtuve la información necesaria para visitar estas regiones. Algunos de los resultados los ilustro en la figura 1, en donde se puede apreciar en azul la zona con mayor potencial de distribución del murciélago magueyero mexicano y la del mayor parecido ambiental a la Cueva del Diablo durante el invierno. Esta región se reduce a apenas un corredor que cruza el norte del estado de Morelos, abarcando el sur del Estado de México y el oeste de Puebla.

En la figura 1 también se muestran las cuevas que visitamos en los meses de invierno del año 2012-2013 y 2013-2014. A pesar de que tratamos de abarcar toda el área, por cuestiones de logística y tiempo fue difícil realizar un muestreo más completo.

  Fig.1 mapa

Figura 1.  Zona potencial y cuevas que visité en el centro de México. El área azul indica la zona de consenso entre los modelos de nicho de coberturas mensuales y en análisis de distancias ecológicas con distancia menor a 5,000. Los puntos rojos son las cuevas visitadas en: MORELOS (1) Cueva del `85, (2) Chimalacatépetl, (3) Hueco sin nombre, (4) Tezonticpan, (5) Sin nombre, (6) Sin nombre. EDO. MÉX.: (7) Cueva Ahuatlán, (8) 2da Cueva Ahuatlán, (9) Cueva del Coyote, (10) Entrada del río «Grutas de la Estrella», (11) Cueva de los Celarinos, PUEBLA: (12) Cueva sin nombre, Tochimizolco, (13) Acueducto de Tochimilco, (14) Cueva de Coamisco Tochimizolco, EDO. MÉX. (15) Cueva de las Bocas. En ningún lado veo qué es MNE

Uno de los logros más importantes de mi estudio, fue que, en efecto, encontramos individuos de L. nivalis, en donde los modelos y análisis predijeron. Ésta fue una localidad que se encuentra cerca de la entrada del parque  “Grutas de la Estrella” en el municipio de Tonatico, en el Estado de México y se conoce como la Cueva del Coyote (punto 9 de la figura 1).

 Aunque no capturamos ni vimos muchos individuos, los dos años que visitamos la cueva del Coyote, detectamos la presencia de la especie. Durante la primera visita colectamos una hembra del murciélago de L. nivalis para corroborar que realmente se trataba de la especie que buscábamos y no cometer errores de identificación. Además, analizamos el estado reproductivo para ver si existían indicios de que esta hembra se hubiera apareado o se encontraba reproductivamente activa y en ese caso, saber si la cueva podría tratarse de un refugio de apareamiento.

Los resultados fueron realmente buenos, la hembra colectada se encontraba preñada. El embrión midió 15 mm (Fig. 2) por lo que es poco probable que se haya apareado en la Cueva del Coyote, ya que es un embrión grande, de unas tres semanas de gestación, y los murciélagos tienden a moverse rápidamente entre cuevas de la misma región geográfica. Sin embargo, es una señal de que muy posiblemente esta hembra copuló en alguna cueva cercana y se movió a lo largo del sistema cavernícola de la región.

Figura 2. Embrión de Leptonycteris nivalis de 15mm de la hembra colectada durante la primera visita a la Cueva del Coyote. Cada cuadro es de 1 mm. Foto por Leonora Torres

  El segundo año capturé tres machos y una hembra de murciélago magueyero mexicano. Esta vez, en la misma noche que los atrapamos realicé un lavado vaginal a la hembra, este método consiste en introducir con muchísimo cuidado, una pequeñísima cantidad de solución fisiológica en el tracto uterino para estimular el desprendimiento de las células de la pared del útero y después observarlas en un microscopio. El tipo,  la forma y el tamaño de las células presentes es la manera de saber si la hembra se encuentra en una etapa de receptividad sexual, es decir, si se encuentra fisiológicamente preparada para copular y reproducirse. La duración de las etapas que conforman el ciclo estral de algunos mamíferos varían para cada especie, sin embargo, en general se observan 4 etapas: proestro, estro, metaestro y diestro. El diestro es la etapa en la cual una hembra se encuentra sexualmente receptiva y por lo tanto puede copular y quedar preñada.

Las células del útero que observamos en la hembra capturada el segundo año indican que se encontraba en una transición del ciclo estral entre el diestro y proestro. Esto indica que la hembra estuvo sexualmente receptiva días antes. Desafortunadamente, no sabemos más de la biología reproductiva del murciélago magueyero mexicano, por lo que  no sabemos si una hembra es sexualmente activa una vez al año (es decir es monoéstrica) o, si presenta varios ciclos estrales cortos y repetidos a lo largo de una temporada del año (llamado poliéstrica temporal). En caso de que las hembras de L. nivalis sean poliéstricas estacionales, existe la posibilidad de que esta hembra estuvo receptiva y lista nuevamente para reproducirse algunos días posteriores a la captura.

 Fig. 3 Estro

Figura 3. Imagen de las células encontradas en la hembra en la Cueva del Coyote capturada durante el segundo año de mi investigación. Su aspecto es redondeado, tienen núcleo y había presencia de leucocitos, lo que indica una posible fase de transición entre la etapa de diestro a proestro. Foto por Leonora Torres con un microscopio óptico con un aumento de 50x.

 Con base en mis observaciones de campo, puedo concluir que, efectivamente el invierno es la época de reproducción de Leptonycteris nivalis y existe una buena posibilidad de que alguna de las cuevas de la región que se encuentran entre el límite de Guerrero y el Estado de México, funcione como otra cueva de apareamiento.

 Una de las interrogantes que surgen a partir de este estudio es que quizás, existan poblaciones pequeñas que se estén apareando en otras regiones (como la predicha por mis modelos, aún cuando la Cueva del Diablo representa el refugio de apareamiento más importante de la especie conocido, con poblaciones de más de 4,000 individuos. La respuesta para esta pregunta permanece abierta hasta que alguien continúe con esta búsqueda y nos ayude a entender un poco más a esta importantísima especie.