J. Antonio de la Torre

Una de las especies más amenazadas de nuestro país es el pecarí de labios blancos (Tayassu pecari). Actualmente su distribución se ha reducido únicamente a las grandes áreas de selva de la Península de Yucatán, Selva Lacandona en Chiapas y los Chimalapas, Oaxaca. Las interacciones sociales de esta especie son muy interesantes. Una de ellas es que forman grandes grupos o piaras que van de 15 a más de 100 individuos, los cuales cubren extensos territorios búscando árboles y palmas con frutos para alimentarse. Las piaras caminan en la selva guiados por un líder, al cual se le conoce comúnmente como ”tamborcillo”. porque emite un sonido muy similar al de un tambor que en ocasiones, puede escucharse a varios kilómetros  de distancia. También es común observar a los pecaríes de labios blancos bañándose en charcas de lodo durante las horas más calurosas del día con la finalidad de mantenerse frescos y libres de parásitos. Este comportamiento es más frecuente observarlo durante la temporada de sequía. Desafortunadamente, las charcas son los sitios que los hacen más vulnerables porque siempre regresan a ellas, por eso son bastante predecibles y presa fácil para los cazadores. Debido al tamaño tan grande de los grupos y a las vastas extensiones de selva que necesitan para subsistir, el pecarí de labios blancos es de las primeras especies en desaparecer cuando se fragmenta la selva o hay pérdida de hábitat por las actividades humanas. Por lo tanto para que sigamos manteniendo poblaciones de esta especie en nuestro país necesitamos conservar grandes extensiones de la selva donde aún persisten.

pecari