Además de atribuírsele eventos extremos y devastadores efectos en la ecología, la salud humana y la agricultura, el cambio climático podría jugar un papel en la cada vez más importante brecha entre los países ricos y pobres del planeta.

Los doctores Noah S. Diffenbaugh y Marshall Burke, del Departamento de Ciencia del Sistema Tierra de la Universidad de Stanford publicaron un artículo en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences este mes de abril.

En su publicación señalan que encontraron que el calentamiento global, muy probablemente ha exacerbado la desigualdad económica global a lo largo de la última mitad del siglo pasado. Este incremento resulta del impacto del calentamiento en el crecimiento económico global, el cual en el curso de varias décadas ha acumulado un robusto y sustancial declive en la producción económica en los países más pobres y más calientes, y un incremento en muchos países ricos y con clima más frío. Esto comparado con el comportamiento de la economía en un mundo sin calentamiento global causado por el ser humano.

Variación del PIB per cápita afectado por el cambio climático. Las diferencias entre ambos mapas se deben a la falta de datos anteriores a 1991 de varios países. N. DIFFENBAUGH/M. BURKE

Los investigadores encontraron que el calentamiento global causado por el uso de combustibles fósiles muy probablemente ha exacerbado la desigualdad económica asociada con las disparidades en el consumo de energía. Sus resultados sugieren que las fuentes de energía bajas en carbono tienen el potencial de proveer beneficios secundarios sustanciales,  adicionales a los beneficios primarios de un mayor acceso a la energía.

Estos científicos consideran que conocer las causas de la desigualdad económica es crítico para lograr un desarrollo económico equitativo entre los países. Para investigar si el calentamiento global ha afectado la evolución de la desigualdad, combinaron trayectorias históricas contrafactuales  de temperaturas provenientes de un grupo de modelos de cambio climático, con evidencia empírica extensamente replicada, de la relación entre las fluctuaciones históricas de temperatura y el crecimiento económico. Esta información reunida, les permitió generar estimados de la influencia de la presión del cambio climático antropogénico en el desarrollo económico histórico.

 

Más cerca del óptimo climático

Entre los datos que arroja su investigación está que el producto interno bruto se ha reducido entre 17% y 31% en los cuatro deciles más pobres de la población en una razón que es 25% más grande de lo que ocurriría en un mundo sin calentamiento. Mientras que Noruega, de 1961 a la fecha aumentó su producto interno bruto un 34% extra, la India lo redujo en una cantidad similar.

El principal factor, señalan, es la relación parabólica entre la temperatura y el crecimiento económico. El calentamiento incrementa el crecimiento en los países fríos mientras que lo frena  en los países más cálidos. Otras investigaciones han encontrado que la actividad económica tiene un auge a una temperatura en promedio de 13 grados Celsius.

Existe un concepto conocido como el optimo climático; este se refiere a patrones de lluvias o temperaturas que favorecen la actividad humana básica: mientras mas extremos sean estos valores, la vida es más complicada. Países como Finlandia, Noruega y Canadá han tenido un incremento de su Producto Interno Bruto mayor del que hubieran tenido sin que el cambio climático hubiera moderado sus temperaturas extremas. Lo mismo ha sucedido con Rusia y otros países de Europa del Este.

Temperaturas más bajas pueden obstaculizar sectores que dependen del clima como la agricultura, pero temperaturas más altas pueden marchitar cultivos, minar la energía de los trabajadores y exacerbar conflictos sociales. Esto podría explicar la información que arrojó el estudio.

Sus resultados muestran además los efectos de no compartir equitativamente los beneficios del uso del combustible fósil, pues muchos países pobres se han visto significativamente dañados por el calentamiento ocasionado por el consumo energético de los países ricos.

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