¿O nos divorciamos del plástico, o nos olvidamos del planeta! Así lo sentencia hoy el sistema de las Naciones Unidas, con ocasión del Día Mundial del Medio Ambiente.

Si no se toman medidas, para el 2050 existirán cerca de 12.000 millones de toneladas de desechos plásticos repartidos en vertederos y en el océano. Por esta razón, aprovechando este Día Mundial del Medio Ambiente, las Naciones Unidas invitan a decirle “no más” a este material y muestran qué está haciendo América Latina y el Caribe para controlar su producción y consumo.

Repensar el uso y manejo de este material

Alrededor de 13 millones de toneladas de plástico son vertidas en los océanos cada año, afectando la biodiversidad, la economía y potencialmente nuestra salud.

Las cualidades de este material, barato, ligero y fácil de producir han llevado a que su producción alcance cantidades a las cuales somos incapaces de hacer frente. Solamente una pequeña fracción de los plásticos que son descartados se recicla.

Lo más preocupante, es que un nuevo informe de ONU Medio Ambiente revela que, de seguir las cosas como están, la producción de plástico no solo crecerá, sino que se duplicará en las próximas décadas.

Un desafío enorme

Desde los años 50, la producción de plástico ha superado la de cualquier otro material y la mayoría de los productos que se hacen están diseñados para ser descartados después de un solo uso. Esto ha hecho que los empaques de plástico ahora representen la mitad de los desechos de este material alrededor del mundo.

América, Japón y la Unión Europea son los mayores productores de desechos plásticos per cápita y sólo un 9% de los nueve mil millones de toneladas de plástico que se han producido en el mundo ha sido reciclado.

Si esta tendencia continúa, para 2050 tendremos cerca de 12.000 millones de toneladas de desechos plásticos en los basureros y en la naturaleza.

Lenta descomposición y alta contaminación

Los estudios sugieren que las bolsas de plástico y los contenedores hechos de espuma de poliestireno pueden tomar hasta miles de años en descomponerse y contaminan suelo y agua. Además, con el paso del tiempo los plásticos se dividen en fragmentos más pequeños llamados micro plásticos que al ser consumidos por animales marinos pueden entrar en la cadena alimenticia humana.

“La información científica todavía no ha determinado el impacto, pero seguramente en los próximos años tendremos esos estudios. Estamos jugando con una situación en la que nuestra propia salud está en peligro, no solamente en términos del mar, pero también de la tierra, porque cuando la gente quema los plásticos, se expiden gases nocivos que nos impactan a través de la contaminación atmosférica. Y sabemos que en la región una cantidad grande de gente muere por esto” precisaba Leo Heileman, el representante regional del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente para América Latina y el Caribe -PNUMA-.

El impacto en la salud de los seres vivos

Leo Heileman, representante regional del PNUMA.

Los microplásticos han sido detectados en la sal de mesa comercial y algunos estudios aseguran que el 90% del agua embotellada y en el 83% de la de grifo, contiene partículas de plástico. Esto es preocupante, ya que poco se sabe del impacto de este material en la salud humana.

Lo que sí se sabe es cómo afecta a los animales. “Estamos viendo aproximadamente cien mil organismos marinos muertos por intoxicación por plásticos, porque no diferencian entre ellos y su comida natural y este problema está incrementando”, dice el funcionario, quien recordó un reciente incidente en Tailandia, donde una ballena murió al tener estómago lleno de plástico.

Voluntad política y cambios legislativos

Para reducir la cantidad de desperdicios se necesita que los gobiernos promulguen políticas fuertes que empujen hacia un modelo más circular de diseño y producción de plásticos.

Todo el mundo tiene que estar involucrado, a nivel de gobiernos, estos tienen que tener la visión, la dirección, establecer las políticas que podrían incluir leyes nacionales, y que podrían incluir acciones con toda la sociedad”, explica el representante regional.

Los gobiernos necesitan mejorar los sistemas de residuos e introducir incentivos financieros para cambiar los hábitos de los consumidores, los minoristas y los fabricantes.

La agonía de tres ballenas pigmeas ante la contaminación por plástico. «El estómago de una de ellas estaba lleno de bolsas. No podía introducir más comida, aunque estuviese muy hambrienta». / Fotografía: AFP

El nuevo informe de ONU Medio Ambiente asegura que los Gobiernos del mundo están lanzando cada vez más políticas audaces para frenar la contaminación por plásticos. Hasta ahora, más de 60 países han dictado medidas oficiales y decenas más están trabajando en leyes y estrategias para enfrentar uno de los mayores problemas ambientales de nuestro tiempo.

Fuente: ONU

Boletín original: https://news.un.org/es/story/2018/06/1435111