Por primera vez los astrónomos han estudiado un asteroide que ha entrado en el Sistema Solar desde el espacio interestelar. Observaciones llevadas a cabo con el VLT –Very Large Telescope– del Observatorio Europeo Austral –ESO-, ubicado en Chile, y con otros observatorios del mundo, muestran que este objeto único ha viajado por el espacio durante millones de años antes de su encuentro casual con nuestro sistema estelar.

A diferencia de los objetos que suelen encontrarse en el Sistema Solar, este parece ser metálico o rocoso, muy alargado y de un color rojo oscuro. Los resultados de esta observación, aparecen en la revista Nature del pasado 20 de noviembre de 2017.

Esta combinación de imágenes muy profundas muestra al asteroide interestelar ‘Oumuamua en el centro de la imagen. Está rodeado de senderos de estrellas débiles que dejan su rastro, dado que los telescopios seguían al asteroide en movimiento. Esta imagen fue creada mediante la combinación de varias imágenes del Very Large Telescope de ESO y el telescopio Gemini Sur. El objeto está marcado con un círculo azul y parece ser una fuente puntual, sin polvo circundante. /Fotografía: ESO/K. Meech et al.

Un asteroide sui generis

El 19 de octubre de 2017, el telescopio Pan-STARRS 1, en Hawái, captó un débil punto de luz moviéndose a través del cielo. Al principio parecía un pequeño asteroide típico de rápido movimiento, pero observaciones llevadas a cabo durante los dos días posteriores, permitieron calcular su órbita con bastante precisión, lo que reveló, sin ninguna duda, que este cuerpo no se originó dentro del Sistema Solar, como todos los demás asteroides o cometas observados hasta ahora, sino que venía del espacio interestelar.

Aunque originalmente fue clasificado como cometa, observaciones de ESO y de otras instalaciones no revelaron signos de actividad cometaria tras su paso más cercano al Sol, en septiembre de 2017. El objeto ha sido reclasificado como un asteroide interestelar y nombrado 1I/2017 U1 (‘Oumuamua).

La ayuda del VLT

Este diagrama muestra cómo, a lo largo de tres días del mes de octubre de 2017, el asteroide interestelar ‘Oumuamua ha variado su brillo. El amplio rango del brillo — sobre un factor de 10 (2,5 magnitudes) —, se debe a la forma muy alargada de este objeto único, que rota cada 7,3 horas. Los diferentes puntos de colores representan las medidas hechas a través de diferentes filtros, que cubren la parte visible y del infrarrojo cercano del espectro./ Diagrama: ESO/K. Meech et al.

Dado que puede hacerlo con mucha más precisión que telescopios más pequeños, el telescopio VLT de ESO entró inmediatamente en acción para medir la órbita, el brillo y el color del objeto. La rapidez era vital, ya que ‘Oumuamua está desapareciendo rápidamente, pues se aleja del Sol y ha pasado la órbita de la Tierra, en su camino fuera del Sistema Solar. Pero había más sorpresas por venir.

Combinando las imágenes del instrumento FORS del VLT (con cuatro filtros diferentes) con las de otros grandes telescopios, el equipo de astrónomos descubrió que ‘Oumuamua varía muchísimo su brillo, en un factor de diez, a medida que gira sobre su eje cada 7,3 horas.

Estas propiedades sugieren que ‘Oumuamua es denso, posiblemente rocosos o con gran contenido  metálico, sin cantidades significativas de hielo ni agua, y que su superficie ahora es oscura y está enrojecida debido a los efectos de la irradiación de rayos cósmicos durante millones de años. Se estima que mide al menos 400 metros de largo.

Un viaje milenario

Este diagrama muestra la órbita del asteroide interestelar ‘Oumuamua a medida que pasa a través del Sistema Solar. A diferencia de otros asteroides y cometas observados antes, este cuerpo no está ligado gravitatoriamente al Sol. Ha llegado desde el espacio interestelar y regresará allí tras su breve encuentro con nuestro sistema estelar. Su órbita hiperbólica está muy inclinada y, en su camino, no parece haber pasado cerca de ningún otro cuerpo del Sistema Solar. / Diagrama: ESO/K. Meech et al.

Cálculos orbitales preliminares sugieren que el objeto viene aproximadamente de la dirección en la que se encuentra la brillante estrella Vega, en la constelación septentrional de Lyra. Sin embargo, incluso viajando a la vertiginosa velocidad de 95000 kilómetros/hora, le llevó tanto tiempo a este objeto interestelar hacer el viaje a nuestro Sistema Solar que Vega no estaba cerca de esa posición cuando el asteroide estaba allí, hace unos 300 000 años. Es probable que ‘Oumuamua haya estado vagando a través de la Vía Láctea, independiente a cualquier sistema estelar, durante cientos de millones de años antes de su casual encuentro con el Sistema Solar.

Fuente: Observatorio Europeo Austral

Boletín original: http://www.eso.org/public/spain/news/eso1737/