El pasado viernes 15 de septiembre, la sonda espacial Cassini, tras 13 años de exploración, ha finalizado de forma espectacular su extraordinario viaje por el sistema saturniano, sumergiéndose en la atmósfera del planeta gaseoso.

El 13 de Septiembre, las cámaras de Cassini captaron esta última imagen correspondiente a los anillos de Saturno. Fotografía: NASA/JPL

El final de un largo viaje

La confirmación del final de la misión llegó al Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California, a las 11:55 GMT, tras haberse perdido la señal de la nave 83 minutos antes en Saturno, a unos 1.400 millones de kilómetros de la Tierra.

Cuando, según lo previsto, se agotó el combustible necesario para maniobrar la nave, que durante los últimos 13 años ha viajado por Saturno y sus lunas, la misión acabó con la inmersión programada en el planeta. De esta forma queda garantizado que las lunas heladas de Saturno -y en particular Encélado y su océano- no corran riesgo de contaminarse con los microbios terrestres que podrían quedar a bordo de la nave, dejándolas inmaculadas para su futura exploración.

Cassini ha pasado los últimos cinco meses sumergiéndose entre

Los científicos de la misión Cassini en el JPL se felicitan tras dar por finalizada la misión./ Fotografía: NASA/JPL

los anillos de Saturno y su atmósfera en una serie de 22 órbitas finales, que han culminado con la despedida definitiva a Titán el lunes, tras lo cual se puso rumbo al planeta.

Mediciones de última hora

La entrada en la atmósfera comenzó un minuto antes de perderse la señal y la nave siguió enviando datos científicos en tiempo casi real hasta que su antena dejó de apuntar hacia la Tierra. Las últimas imágenes se enviaron el día 14, antes de la inmersión definitiva, y durante los últimos momentos se efectuaron mediciones de la densidad de plasma, el campo magnético, las temperaturas y la composición atmosférica a una profundidad inédita hasta ahora de la atmósfera saturniana.

20 años de viaje fructífero

Fotografía: NASA

Lanzada el 15 de octubre de 1997, Cassini llegó a la órbita de Saturno el 30 de junio de 2004, llevando a bordo la sonda Huygens de la ESA, que aterrizó en Titán el 14 de enero de 2005. Durante las dos horas y media que duró su descenso, reveló la superficie que hasta ese momento había permanecido oculta por la densa atmósfera de la luna saturniana, mostrando un mundo de paisajes enigmáticamente similares a los terrestres.

Cassini continuó realizando desde su órbita sorprendentes descubrimientos en Titán, dado que su radar localizó lagos y mares de metano y otros hidrocarburos, por lo que constituye el único lugar conocido de nuestro Sistema Solar con líquido estable en su superficie. En la atmósfera de esta luna, Cassini detectó numerosas moléculas orgánicas complejas, algunas de las cuales están consideradas componentes esenciales para la vida en la Tierra.

No obstante, las lunas de Saturno continuaron sorprendiéndonos con uno de los principales descubrimientos de toda la misión: la detección de columnas heladas procedentes de fisuras en el hemisferio sur de Encélado. Posteriores descubrimientos mostrarían actividad hidrotermal en el fondo del suelo marino, lo que indicaría que este mundo es uno de los lugares más prometedores para buscar vida fuera de la Tierra.

Las lunas de Saturno

La misión también puso de relieve las características únicas del resto de lunas de Saturno, desde Japeto y su cordillera ecuatorial hasta Hiperión, que parece una esponja gigante, y desde Pan con su forma de ravioli hasta Mimas.

Muchos de los descubrimientos de Cassini pueden atribuirse a la longevidad de la misión, que ha incluido dos extensiones, lo que ha permitido a la nave abarcar la mitad del ciclo estacional de Saturno. La primera extensión se concedió con el fin de observar cambios a medida que el planeta alcanzaba el equinoccio, momento en que la luz del Sol incidió paralelamente sobre los anillos. Más tarde se autorizó una extensión de otros siete años para hacer un seguimiento de los recientes descubrimientos en Encélado y Titán, y para estudiar cómo el Sol de verano brillaba sobre el hemisferio norte de Saturno y de sus lunas, mientras la oscuridad invernal llegaba al sur.

Estas extensiones de la misión han sido cruciales para dar cuenta de la evolución de fenómenos dinámicos de pequeña escala en los anillos, como las ‘hélices’, perturbaciones en los anillos provocadas por lunas menores.

Como afirma Nicolas Altobelli, científico del proyecto Cassini de la Agencia Espacial Europea, “Cassini y Huygens representan un formidable logro científico, tecnológico y humano. La misión nos ha inspirado con sus prodigiosas imágenes, incluyendo la lección de humildad que nos dan las vistas a lo largo de más de mil millones de kilómetros de distancia hasta el minúsculo punto azul que constituye nuestro planeta. Como es lógico, nos entristece que la misión acabe, pero también es el momento de celebrar este viaje pionero, que nos deja un rico legado de ciencia e ingeniería que allanará el camino para futuras misiones”.

Nuevas misiones en puerta

Los planificadores de misiones ya disponen de una nueva generación de exploradores de planetas océano, aunque por ahora va a ser Júpiter quien asuma el protagonismo. La ESA está preparando el lanzamiento en 2022 del orbitador de las lunas de hielo jovianas, JUICE, que se centrará en el potencial de habitabilidad de sus grandes satélites acuáticos —Europa, Ganímedes y Calisto—, mientras que la NASA planifica la misión Europa Clipper, dedicada a sobrevolar esa luna helada.

Fuente: NASA

Boletín original: https://www.nasa.gov/press-release/nasa-s-cassini-spacecraft-ends-its-historic-exploration-of-saturn