Mediante su resolución 63/111 del 5 de diciembre del 2008, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas decidió designar el 8 de junio como “Día Mundial de los Océanos”. Desde entonces, año tras año, el sistema de las Naciones Unidas realiza diferentes eventos para visibilizar la problemática que enfrentan nuestros océanos.

 

Los océanos son el corazón de nuestro planeta. De la misma forma que los latidos del corazón hacen que la sangre circule por todo el cuerpo, los océanos conectan a las personas de todo el mundo, con independencia de donde vivan. También regulan el clima, alimentan a millones de personas, producen oxígeno, son el hábitat de una gran variedad de seres vivos y nos proporcionan medicinas y muchos más recursos. Para garantizar la salud de nuestras comunidades y de las generaciones futuras es imprescindible que cuidemos a los océanos con la misma intensidad que ellos cuidan de nosotros.

 

El lema de este año fue «Unos océanos sanos, un planeta sano». Lamentablemente, algunas actividades humanas, como la pesca ilegal, las prácticas de acuicultura insostenibles, la contaminación marina y la destrucción del hábitat y las especies exóticas, así como el cambio climático y la acidificación de los océanos, tienen un impacto negativo sobre los océanos y los mares. Componente esencial de los ecosistemas de la Tierra, la salud de los océanos es fundamental para mantener la salud del planeta. Dos de cada cinco personas viven relativamente cerca de la costa, y tres de cada siete dependen de los recursos marinos y costeros para sobrevivir. El Día Mundial de los Océanos es una oportunidad para reafirmar nuestra determinación de apreciar, proteger y restaurar nuestros océanos y sus recursos.

 

Fuente: ONU

Boletín original: http://www.un.org/en/events/oceansday/