Un estudio sobre genética de los pingüinos, coordinado por investigadores de la Universidad de Michigan, Estados Unidos de América, llegó a la conclusión que estas aves acuáticas voladoras perdieron tres de los cinco sabores básicos de los vertebrados -dulce, amargo y el sabor a comida sabrosa conocida como “umami”- hace más de 20 millones de años, y nunca lograron recobrarlos.

Debido a que los pingüinos son comedores de pescado, la pérdida del sabor umami es especialmente desconcertante, comentaba uno de los investigadores a cargo. En efecto, los pingüinos comen pescado, por lo que uno puede imaginar que necesitan los genes receptores de umami, pero por alguna razón no los tienen. Los científicos sospechan que los cambios sensoriales están ligados a antiguos fenómenos climáticos de enfriamiento en la Antártida, donde se originaron los pingüinos. Esta hipótesis principal, publicada el pasado 16 de febrero en la revista en línea de “Current Biology”, sería que los genes se perdieron después de que las frías temperaturas antárticas interfirieran con la percepción del gusto.

Los vertebrados poseen por lo general cinco sabores básicos: dulce, agrio, salado, amargo y el umami. Durante los últimos 15 años, un notable progreso en la comprensión de las bases moleculares del sabor ha abierto la puerta para el entendimiento de la habilidad del gusto a través del examen de los genes receptor de sabor. En comparación con los mamíferos, las aves tienen la reputación de ser pobres catadoras, debido en parte a que tienen un menor número de papilas gustativas en la lengua y carecen de dientes para masticar los alimentos. Estudios genéticos previos mostraron que el gen del receptor de sabor dulce está ausente de los genomas de todas las aves examinadas hasta la fecha.

Fuente: Universidad de Michigan

Boletín original:  http://ns.umich.edu/new/releases/22679-sweet-bitter-savory-penguins-lack-three-of-the-five-basic-tastes