Un equipo internacional de arqueólogos y antropólogos especializados en biología, provenientes de la Universidad de Cambridge, del “Instituto Cyprus” y de la Universidad de Chicago, descubrió un parásito de huevo de esquistosomiasis en una fosa de 6,200 años de antigüedad, en un sitio prehistórico ubicado en las orillas del río Éufrates en Siria, mismo que podría ser la primera evidencia de que los sistemas de riego agrícola en el Medio Oriente contribuyeron a la incubación de enfermedad.

La esquistosomiasis es una enfermedad causada por varias especies de parásitos tremátodos que viven en los vasos sanguíneos de la vejiga y los intestinos. La infección puede generar anemia, insuficiencia renal y cáncer de vejiga. Esta investigación muestra que puede haber sido propagada por la introducción del riego agrícola en la antigua Mesopotamia, en la región que se extiende a lo largo del sistema fluvial Tigris-Eufrates, que abarca partes del actual Irak, Irán, Kuwait, Siria y Turquía.

Si bien la invención de la irrigación fue un gran avance tecnológico para la humanidad, tuvo consecuencias no previstas en esta época. Y este hallazgo podría ser una de las evidencias más antiguas de que la tecnología hecha por el Hombre, causó indirectamente brotes de enfermedades. Los resultados de este trabajo han sido publicados en la revista “Lancet Infectious Deseases”.

Fuente: Universidad de Cambridge.
Boletín original: http://www.cam.ac.uk/research/news/6200-year-old-parasite-egg-may-be-first-proof-of-early-human-technology-spreading-disease