Científicos del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares -CNIC- han descubierto el proceso por el que las células optimizan y regulan molecularmente su capacidad de utilizar azúcares o grasas indistintamente para alimentarse.

En efecto, para garantizar un uso eficiente de los alimentos que reciben, las células tienen sistemas que les permiten capturar y transportar a su interior aquellos nutrientes de los que disponen. Pero si tienen a su disposición varios tipos, pueden seleccionar aquellos que más les interesan y eliminar los productos no deseados. En el interior de las células, los alimentos son distribuidos hacia las mitocondrias, la parte celular especializada donde los nutrientes se queman para extraer la energía que contienen. Tanto los azúcares (glucosa) como las grasas (ácidos grasos) terminan quemándose en las mitocondrias, pero estas deben ajustarse de manera diferente si su principal combustible proviene de los azúcares o de las grasas.

Para ellos, la mitocondria debe adaptar sus “quemadores”, llamados técnicamente “cadena de transporte electrónico (CTE)”. La adaptación de la CTE mitocondrial era conocida, pero no las señales que promovían este cambio y las moléculas responsables del mismo. Los científicos lograron describir las señales y las moléculas que regulan esta adaptación. Los resultados de esta investigación, publicados en la revista “Cell Metabolism”, demuestran la importancia de este mecanismo en la adaptación de las células al ayuno, a la disminución de oxígeno (isquemia) y su importancia en la activación de las células del sistema inmunitario.

Fuente: CNIC
Boletín original: https://www.cnic.es/es/noticias/index.php?id=3850