Un estudio internacional, lidereado por la Universidad de Plymouth y el “National Oceanography Centre”, ambos británicos, ha revelado que en zonas profundas del océano se acumulan botellas, bolsas de plástico, redes de pesca y todo tipo de basura de origen humano. La basura se ha localizado por todo el Mediterráneo, el Ártico y en el Atlántico, desde la plataforma continental europea hasta la dorsal mesoatlántica, la cordillera submarina que divide el océano de norte a sur y que se halla a unos 2.000 kilómetros de la costa.

Los investigadores destacan que la basura es un grave problema en el ecosistema marino, ya que algunos animales pueden confundirla con comida e ingerirla. Estos mueren ahogados por los microplásticos o también por desnutrición debido a la obstrucción de sus estómagos. También corales y peces pueden quedar atrapados en los aparejos de pesca y redes abandonados, fenómeno que se denomina “pesca fantasma”. En este trabajo, que se publica en la revista PLOS ONE, han participado 15 instituciones de Europa.

El informe traza el camino que pueden tomar los plásticos, desde su origen en tierra firme o en la costa, transportados a través de las plataformas continentales hasta aguas profundas. Los investigadores explican que los cañones submarinos forman la principal conexión entre las aguas de la costa y el mar profundo. Son cañones que están localizados junto a las principales ciudades costeras, como el cañón de Lisboa frente a la costa de Portugal, y el cañón de Blanes, frente a la costa de Barcelona, que pueden canalizar los desperdicios directamente a aguas profundas de 4.500 metros. El estudio encontró basura en todos los emplazamientos examinados: el plástico formaba el 40 % y los aparejos de pesca hundidos, el 34 %. También se halló vidrio, metal, madera, papel, ropa, vasijas, y materiales sin identificar.

Fuente: CSIC
Boletín original: http://www.plymouth.ac.uk/pages/view.asp?page=40709