Una nueva especie de ictiosaurio, reptil marino con forma de delfín que vivió entre el Triásico inferior hasta el Cretácico superior, encontrado en el Kurdistán iraquí, podría revolucionar nuestra comprensión de la evolución y posterior extinción de dichos animales, según el equipo de paleontólogos belgas del Instituto Real de Ciencias Naturales de Bélgica y sus colegas británicos. Los resultados de este descubrimiento, publicados este 15 de mayo en la revista “Biology Letters”, contradecirían las teorías anteriores, según las cuales los ictiosaurios del Cretácico -entre 145 y 66 millones de años- hubieran sido los últimos sobrevivientes de un grupo en declive.

El espécimen centro del estudio no es un descubrimiento reciente: el fósil había sido encontrado durante la década de los 50 por geólogos petroleros británicos. Ahora, los científicos extrajeron de la roca que acompañaba esta silueta, esporas microscópicas y algo de polen que pudieron fechar tras análisis como pertenecientes al Cretásico inferior, o sea 65 millones de años después de la supuesta desaparición de los ictiosaurios. Cabe señalar que este tipo de animales marinos parece haberse caracterizado por un cierto “estancamiento evolutivo”, ya que no cambiaron mucho entre el Jurásico y el Cretacico. Algo muy raro en la evolución de los reptiles marinos.

La interesante teoría ha despertado sin embargo mucho escepticismo entre paleontólogos de otras universidades, que cuestionan la naturaleza misma de la muestra rocosa, así como el hecho de que falte a la muestra, la cabeza del icitiosaurio.

Boletín original:  malawania